domingo, 5 de enero de 2014

Capítulo 56

Al chocar con él sentí su olor entrar por los orificios de mi nariz. Ese olor que tanto había deseado y siempre había tenido. Cerré los ojos para no mirarlo, me había sujetado por los brazos por si caía al suelo.
- Perdón. –me aparté lentamente hacia atrás.
- No pienseh que te estoy siguiendoh, no tenía ni idea queh…
- Ya. –me aparté los pelos de la cara con la mano en la que llevaba la bolsa. Cómo era más alto que yo alcé un poco más el paraguas por educación, pero aún así no lo miré a la cara.
- ¿Y esoh? –miró la bolsa.
- Nada de importancia. –dije cortante pero sin parecer borde, y es que estaba enfadada pero tenía ganas de abrazarlo, muchas.
- Perdona que sea tan pesao, pero ahora no podríah…
- Lo siento, me esperan en casa para comer… -suspiré.
- Oh… -bufó él también.
- Yo también tengo muchas ganas de hablar y arreglar las cosas, si es que se pueden arreglar. –lo miré a los ojos, transmitían dolor. Joder, no podía aguantar.
- Yah… -bajó la mirada.
Los dos sin pensarlo sentimos el impulso de acercarnos, yo cerré los ojos y bajé la cabeza. Entonces noté como ponía pegaba su frente sobre mi cabeza (mi gorro), me vino a la cabeza la imagen de la discoteca y volví a abrir los ojos. Me fijé en sus manos, sin guantes, heladas por el frío, quería darle las manos para que no estuvieran frías, quería, quería. Pero en vez de eso me aparté, me aparté y le envié la última mirada. Luego me fui sin decir palabra, comiéndome las ganas de abrazarlo. Comiéndome la rabia que me carcomía por dentro.
Volví a casa y metí la bolsa con el regalo de Mangel en mi maleta. Mi madre ya había llegado, y la comida ya estaba sobre la mesa. Comimos algo y luego mi madre se puso a preparar los preparativos de la cena. Antes siempre solíamos reunirnos más familia para comer todos juntos, los tíos, los abuelos, incluso los primos y de vez en cuando algún amigo.
Yo mientras me fui a estirar en el sofá, encendí la tele e hice zapping. No hacían nada interesante así que decidí ir a la habitación de mi hermana a molestar. Entré y me estiré sobre su cama.
- ¿Qué haces enana? –dijo en tono vacilante sin dejar de mirar su pantalla del ordenador.
- Me abuuuuuurro. –suspiré observando su habitación. - ¿Vas a pintar las paredes? El color de ahora es muy feo. –miré el color amarillo apagado y sucio.
- Sí. –dijo ella.
- ¿Y cambiaras las cortinas de ositos? –miré las cortinas.
- Sí. –bufó.
- ¿Y pondrás parquet? Porque el suelo bien que le quedaría. –dije para tocarle las pelotas.
- ¡Ay que sí pesada! –se giró y me miró. – Vale ya con las preguntas. –reí ante la cara de rabia que llevaba encima.
- ¿Quieres que te cuente lo de Mangel o no? –me senté sobre la cama.
- Oh. –cerró su ordenador y se dio la vuelta con la silla giratoria. –Podrías haber empezado por ahí.
Le conté lo ocurrido, intenté no venirme abajo, y la verdad es que aguanté bastante bien.
- Tía. –dijo. – El chico estaba borracho, cuando alguien está borracho no sabe lo que hace ni lo que dice.
- Ya… pero es que…
- No busques el pero cuando no lo hay ______. Así solo te complicarás la vida. –dijo.
Bufé y me volví a tirar de espaldas en la cama.
- Tienes que quedar con él, arreglar las cosas y verlo que te cuenta. Si se inventa una trola pues ya tendrás motivos. –siguió.
- Pero es que ya tengo un motivo.
- ¿Cuál?
- Lo que me dijo, que era todo mentira lo nuestro.
- ¿Pero no entiendes que el alcohol te vuelve majara? Las veces que has llegado borracha y me has dicho de todo, pero yo he sudado porque al fin y al cabo era todo sacado de tu imaginación de loca.
La miré extrañada.
- Hazme caso. –se giró y volvió la vista al ordenador.
Bufé por última vez y salí de su habitación. Fui a ayudar a mi madre a preparar la cena ya que no tenía nada mejor que hacer.
Cuando terminamos por fin pusimos la mesa y comimos mientras mi madre ponía villancicos de fondo. Siempre teníamos la tradición de dar los regalos la víspera de navidad, el 24. Pero mi madre siempre compraba de más para ponerlos también el 25. Tania y yo decidimos darle el regalo por la mañana para que no se lo esperara. Y vimos una película navideña, como hacíamos siempre cuando éramos pequeñas. Se empezaron a quedar dormidas.
- Oye esta es mi cama. –empecé a dar palmas y las dos despertaron de un salto.
 - Vale doña comodona. –dijo mi hermana volviendo a su habitación. – Que no te coma Santa Claus. –rió.
- Si, no vaya a ser que te pille aquí. –dijo mi madre dirigiéndose a su habitación.
- ¡Pero si no tenemos ni chimenea! –le tiré un cojín a mi hermana que cerró la puerta de la habitación.
- Pásame el cojín. –le dije remolona a mi madre que estaba entrando en la habitación.
- Que te lo dé Santa Claus. –guiñó un ojo.

- Ala. –bufé. Me levanté sin fuerzas del sofá y lo cogí. –Que chulita. –hice una mueca a la puerta de la habitación de mi madre y volví al sofá. Cogí el móvil y cotilleé el Twitter de Mangel. En efecto, había twitteado sobre su paseo por Barcelona.


Instantáneamente abrí el WhattsApp y me estaba escribiendo algo.
-  Buenas noches. –puso.
Escribí algo, pero me quedé pensando en si enviarlo o no. Miré las últimas conversaciones antes de la noche de Rockerz y saqué una sonrisa leyendo nuestras despedidas de horas. Quería volver a tenerlas, así que envié el mensaje.
- Buenas noches. –envié. Luego cerré el móvil.




*
Soñé en la noche de Halloween, esa noche en que fuimos todos los amigos por el pueblo a hacer el subnormal por las calles. Mangel se había disfrazado de Joker y yo de novia cadáver. Intentó meterme un susto cuando abrí la puerta.  



- Eso no me sorprende nada. –reí
- Joup. –se quejó.
Rubén salió con la cara maquillada, si por eso entendía maquillar. Daba más miedo que cualquiera de nosotros.


- Joder que miedo. –me aparté hacia atrás.
- ¿Os mola? –dijo Laura asomándose por la puerta, iba vestida de zombie.
- Bueh. –nos miramos Mangel y yo.
- Soy clavadito a Carmen de Mairena. –dijo Rubius.
Cheeto había montado una casa del terror en su propia casa. Nos dirigimos a ella y nos recibió vestido de drácula con unas alas negras.
- Bienvenidoh a la casa del terroh. –hizo una risa marvada.


Lo pasamos en grande, bueno yo siempre he sido muy mala para las casas del terror y todo. Casi dejo a Mangel sin brazo. Al acabar Mangel y Rubius se fueron a sacar el maquillaje y cuando tenían la cara ya limpia se empezaron a manchar con sangre de mentira.


- Sois la tela. –dije yo.
*
De pronto mi sueño cambió, me veía yo, durmiendo sobre el sofá, sola, sin nadie en mi lado. Sin Mangel cerca, entonces vi como alguien se colaba por la ventana y se colocaba delante de mí. Se agachaba a mí y yo ni me inmutaba, me susurraba algo y hacía que yo abriera los ojos. Yamir.

Solté un grito ahogado y miré a mí alrededor, vi a alguien al lado del árbol de navidad. Volví a gritar y me tapé con la manta hasta la cabeza, quedándome a una esquina del sofá.
- ¡Tía, tía! Shtt. –me mandó callar mi hermana. Me destapé. -¿Qué coño haces que soy yo? –empezó a reír.
- Joder no me des estos sustos. –bufé. -¿Qué haces?
- Poner el regalo de Mamá. Que a alguien se le ha olvidado. –me dio un toque en la cabeza.
- Oh.
- Venga, vuélvete a dormir. –dijo despeinándome. Se fue hacia su cuarto, abrí mi móvil y miré mi fondo de pantalla, me dio seguridad.


Esa foto se la había hecho yo en una quedada que hizo. Tenía que verlo ya.
Desperté con el móvil entre las manos, por suerte no había vuelto a tener ninguna pesadilla más. Solo despertar fui a avisar a mi madre y a mi hermana. Vinieron al salón y abrimos todas los regalos. Me había comprado un jersey y un libro, y a mi hermana un CD de rock y otro jersey parecido al mío.
- Ahora estará dando la lata todo el día. –dije mirando el CD de Green Day, también me encantaba ese grupo.
- Aquí hay uno para ti. –dijo Tania entregándoselo. Lo abrió y le encantó, que va a hacer si no.
Después de desayunar me puse el jersey nuevo y me asomé al balcón, seguía nevando, y la nieve había subido. Cómo me gustaba eso. Me armé de valor y decidí llamarlo. Al segundo pitido lo cogió.
- Hola. –dije.

- Buenoh díah. –noté como sonreía al móvil. 



3 comentarios:

  1. Sigue asi, gracias por la emocion que me causaste. Te quiero.

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  2. Siguela porfavorD: Esta novela me mata (literal) mucha emoción para mi,sigue así chica:B

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  3. Aw aw aaaaaaaaaaaaaaawww porque son solo 60 capitulos eh eh? marvadaaaaaaaaaaaaaaahh!! jaaj

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