jueves, 31 de octubre de 2013

Capítulo 20

- ¿Cómo que nos vamos a Barcelona?
- A Barcelona hija, a Barcelona.
- Oh ¿Pero cómo? ¿A ver a los tíos o algo así? Me estoy perdiendo. –dije confusa esperando lo peor.
- No cariño, nos vamos una temporada.
- ¿Qué quieres decir con una temporada?
- Pues, ya sabes hija. Un tiempo, depende de lo que pase.
- Pero todavía no entiendo el motivo mamá.
- Tus tíos se vuelven a Londres y a mí me ha salido otro trabajo.
- ¿En Barcelona te ha salido?
- Sí hija sí, que no puedo estar viajando cada dos por tres.
Debería haber mencionado antes que tenía unos tíos en Barcelona y que yo nací allí, bueno ahora ya lo sabéis, nos mudamos a Madrid cuando yo era más pequeña.
- Pero… ¿Yo también tengo que ir? –pregunté.
- Hombre cariño… preferiría y me gustaría más que vinieras. Aun que no tienes ninguna obligación. – Perfecto, ya empezamos, mi madre nunca me obliga a hacer nada, sino que hace que tenga compasión por ella y que acabe diciendo que si a todo. Pero en este caso no, lo siento. Está Laura, Tamara, Cheeto, Rubén y… Mangel.
- Bueno… -dije cabizbaja, ahora me tocaba a mi hacer pena, esas son las luchas que llevamos mi madre y yo.
- Al menos ven a ver a despedirte de tus tíos ¿sí? Solo un tiempo.
- Solo un tiempo. –le sonreí y me devolvió la sonrisa. - ¿Tú te vas a ir a vivir allí?
- Posiblemente cariño, ahora que estoy sola en esto necesito centrarme más en el trabajo para que me paguen bien.
- Sabes que no estás sola Mamá, yo te puedo ayudar.
- No hija no, tu primero con tu vida que ya bastante tienes con mantenerte a ti. Que bastante comes tú sola ya.- bromeó dándome en la tripa. Reímos.
- Bien, pues me voy una semanita para ayudarte con la instalación y tal.
- Solo una semanita. –sonrió ella.
- Te voy a echar de menos. –le di un abrazo.
- Pero si te voy a ir a ver  cada cuando pueda hombre. Tengo que controlar a mi niña, encima estaré todo el día viajando así que podría pasarme algunas paradas y venir aquí.
- Claro mamá. –reí. - ¿Y Tania?
- Ella se viene conmigo. –sonrió
- Oh perfecto entonces. Venga, que todo va a salir bien. –nos abrazamos.
- Eso espero cariño.
Luego estuvimos hablando un rato más, tanto que se nos pasó la hora. No me hacía mucha gracia tener que marchar ahora a Barcelona, pero una semanita es una semanita.
Me despedí de mi madre y salí por la puerta, abrí el paraguas y me apresuré a llamar a Mangel. Cogí el móvil y tenía un Wazzá: (abriiir en otra pestaña :'D)


- Que maharas que sois.- le respondí. –Estoy en la parada del bus.
Me dirigí a la parada y estaban los dos sentados en el mismo banco que Cheeto hacia unas horas.
- Hombre. –me acerqué a ellos que llevaban una capucha que les tapaba la mitad de la cara. -¿Qué hacéis Asesinos? –me senté entre los dos con el paraguas para que no se mojaran más de lo que estaban.
- Mu buenah cebra. –sonrió Mangel levantando la cabeza para poder verme por debajo de la capucha.
- ¿Qué hacemos? –dije yo.
- ¿Queréis venih un rato a mi casa? –propuso Cheeto.
- Mucho mehó que estar aquí… -dijo Mangel.
Nos levantamos y empezamos a caminar, ellos se juntaron a mí para no mojarse. Cheeto se salió al instante y empezó a chapotear sobre un charco.
- ¿Qué haceh Antonio? –rió Mangel.
- ¡Ay Mahe que vivo al límite porque soy un mahara! –Mangel rió y fue hacia Cheeto, se puso a saltar sobre el charco. – ¡Vente muhé! –gritó Cheeto.
- No, que la ropa que llevo no es mía. –reí.
- ¡Eh iguah!- Cheeto me cogió del brazo y me llevó hacía el charco. Me subí sobre su espalda para no ensuciarme, Cheeto empezó a saltar sobre el charco hasta que quedo casi vacío de agua. No llegué a ensuciarme por suerte, pero casi muero intentando no caerme de encima de Cheeto.
- ¡Quisha que maogah! –gritó Cheeto mientras reía. La verdad es que lo tenía bien agarrado del cuello, me bajé de su espalda y Mangel tuvo que agarrarme porque casi me caigo del mareo que llevaba encima.
- Que te vah a caeh. –dijo sujetándome por los hombros.
- ¡Míralos que bonicos! –dijo Cheeto poniéndose las manos en las mejillas.
- Uy  ¡míralo que bonico! –lo imité acercándome a él y tirándole de la barba.
- Que me dejeh quieta la barba.-rió apartándose de mí.

Dejó de llover un rato y fuimos a paso rápido a casa de Cheeto, ellos dos llevaban los pantalones más sucios y mojados que había visto en toda mi vida. Cheeto fue a su habitación y unos segundos después  se escucho una música y Cheeto salió de su habitación con una camisa rosa, sin pantalones y con unos calcetines de rayas subidos hasta debajo de las rodillas y se puso a bailar, igualito que en uno de sus vídeos.



martes, 29 de octubre de 2013

Capítulo 19

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Me saqué el auricular.
- ¿Qué coño?-reí
- ¿Qué haceh aquí? –Mangel se sentó a mi lado. 
- No, no ¿Qué haces tú aquí? –sonreí
- Que he quedao con Cheeto pa comprá no se que quiereh y no tenia ganah de andar. ¿Y tú? –sonrió para mí.
- Pues que voy a comer a casa de mi madre, y también me daba palo andar. –reímos.
- Jodeh que casualidah.
- Ya ves. –sonreí mirándolo a los ojos.
- Cosa del destino. –hizo una pausa.- ¿Qué escuchah? –dijo sacándome el auricular de la mano y poniéndoselo en la oreja. Escuchó durante unos segundos mientras movía la cabeza al ritmo de la canción. –Bruno Mahe. –sonrió.
- ¿A ti te gusta?
- Bah, buena música y es buen zagah. –reí y puse esta canción que sabía que le gustaría.

(DEP Lou Reed por cierto D:) 




Los dos miramos por la ventana y el cogió mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. Mangel podía convertir el sitio más cutre del mundo, en uno de los más románticos.
Apoyé mi cabeza en su hombro y el juntó su cabeza con la mía. Perfecto, justo cuando estaba en el momento más cómodo llega la parada.
- Yo me bajo aquí. –dije levantando la cabeza.
- Yo también. –sonrió. –Qué remedio, es la urtima pará.
- Tiene usté razón. –imité a Rubius.
Nos sacamos los auriculares y salimos del bus todavía con las manos entrelazadas.  Cheeto esperaba sentado en un banco,al vernos, Mangel y yo separamos nuestras manos y nos acercamos a él.
- Mu buenas señor y señora Antonio. –Cheeto se levantó del banco.
- Hola tío Pepe. –reí saludándole.
- Mu buenah. –se chocaron las manos.
- ¿Tu también te vieneh? –dijo Cheeto refiriéndose a mí.
- Que va, voy a comer con mi madre. –sonreí.
- Mu bien, nosotroh nos vamos a compra argo y al… -Cheeto miro a Mangel.
- Corte forte, mezzoforte ¡En la cafetería del corte Ingléh! –cantaron a la vez mientras daban saltos.
- Menudo par de maharas. –sonreí. –Bueno, que me voy.-abrí el paraguas y me giré.
- Oye marvá. –escuché su voz y me giré hacia él. –Cuando acabes podemoh ir a dar una vuerta por ahí. –sonrió Mangel.

- Yo os llamo. –sonreí
- Si, o te parto lah chanclas. –rió Cheeto.
- Hasta adióh. –imité a Cheeto. Me giré y empecé a andar hacia casa de mi madre.
Llegué y llamé al timbre, Nina andaba por ahí, es la madre de Lou, exacto, es de la calle pero nosotros la cuidamos. A penas de dejaba tocar, pero era mu bonica, como diría Mangel.
Mi madre apareció por la puerta.
- Hola Mamá. –nos abrazamos.
- Hola cariño. –sonrió ella.
- ¿Esta Tania? –le dije entrando en casa.
- Ahora ha salido. –me hizo una sonrisa algo débil. Tania es mi hermana mayor, vivía todavía en casa para ayudar a mi madre en lo que fuera. Aun que mi madre siempre estaba trabajando, no paraba.
Tampoco me hacía mucha gracia dejar la casa e irme a vivir a otro lado, pero era mi sueño. Tener una casa independiente o con Laura, siempre lo había querido y aparte también por estudios y transporte.
Mi madre y yo comenzamos a preparar un arroz que siempre preparábamos juntas, comimos y estuvimos hablando como siempre hacíamos.
- Hija, lo que te tenía que contar…-dijo algo cabizbaja.
- Ah sí, dime. –me acomodé en la silla





- Que nos vamos a Barcelona.




lunes, 28 de octubre de 2013

Capítulo 18

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No soy madrugadora para nada. Pero desperté gracias a Cody, que de buena mañana se puso a lamerme la cara. Laura y Tamara seguían durmiendo,  me dirigí al baño y me lavé la cara. Estaba asquerosa, llena de sudor y olor a perro. Me di una ducha sin permiso de Laura, aun que sabiendo cómo es ella no hacía falta preguntarle. Y luego le cogí algo de ropa prestada. Si, ahora vivo con ropa de los demás, que bonito.  
Me dirigí al balcón de Laura, estaba lloviendo, dios como me encanta la lluvia. Creo que ya lo dije. Cogí el móvil y marqué un número, casi no sonó ni un pitido cuando lo cogieron.
- ¿Cariño?
- Hola mamá. –sonreí al móvil.
- ¿Cómo te encuentras?
- Mejor… mis amigos me están ayudando mucho…
- Que bien cielo. Me alegro.
- ¿Y tú cómo estás?
- Pues… estando cariño, estando. –bufó. – Escucha, cuando puedas pásate por aquí que te tengo que explicar una cosa.
- Está bien, en un rato estoy ahí.
- Está bien. –su voz sonaba débil
- Te quiero- sonreí
- Y yo a ti cariño. –en efecto, yo nunca he tenido problemas con mi madre y siempre me llevo de perlas con ella. Colgué el teléfono y me quedé observando cómo caían las gotas de agua.
- ¿Estás bien? –dijo alguien a mis espaldas. Me giré de golpe y por poco no me da un infarto.
- No me metas esos sustos de muerte coño. –reí
- Ah, eso por los que me disteis ayer vosotras. –Laura salió al balcón. –Coño que frío.  –se colocó una manta encima y se puso a mi lado. Nos quedamos un rato calladas. Caían diminutas gotas, pero que casi no se notaban.
- ¿Te vas ya? –dijo ella.
- Sip, ayudaré a preparar la comida.- dije señalando el móvil.
- Está bien, puedes dejar a Lou aquí si quieres.- sonrió. –Ya lo cuido yo.
- Pero si te encanta que te lo deje. –reí
- Ya lo sabes. –dijo sacando una magdalena y dándole un mordisco. Sacó otra de la bolsa que llevaba y me lanzó una. – Toma muerta de hambre, que llevas una cara de zombie increíble.
- Ya lo sabes. –la imité abriendo el envoltorio de la magdalena y dándole un mordisco. Nos terminamos cada una su madalena. – Bueno, que ya me voy. Dile a Tam que es una mahara y que nos vemos. –sonreí.
- Okey nena. –se giró y me dio un abrazo. Lou y Jack aparecieron por la puerta, cogí a Lou y le di un beso en la cabeza,le entregué a Laura que lo envolvió en su manta. Luego pasé la mano por las orejas de Jack y este maulló. Bajé y vi a Tamara durmiendo en el sofá espatarrada con Cody al lado, reí ante esa escena.
- ¿Nos llamamos? –dijo Laura lanzándome un paraguas.
- Nos llamamos. –le guiñé un ojo. – Oye la ropa ya te la devolveré que la mía estaba to cerda. –reí
- Tranquila, cuando quieras. –sonrió - Adiosito. 
- Adiosito. –abrí la puerta y me fui escaleras abajo.
Ya en la calle, cogí un bus para poder ir a casa de mi madre. Estaba vaga y no me apetecía para nada caminar. Me senté al lado de la ventana como siempre y me puse los auriculares. Empezó a sonar esto: 



De Bruno Mars. Esa canción me tranquilizaba mucho, y más ahora si estaba lloviendo.




Me fije en las gotas de agua que caían por el cristal, empecé una carrera de gotas de agua. Eso siempre me divertía, una de las gotas cayó de golpe y se convirtió en ganadora, reí para mi. 





Me fije  en todo lo exterior, el cielo con nubes tintadas de color gris casi negras, los suelos mojados de las calles, las hojas de los árboles mojadas por la lluvia… Casi podía sentir el olor a humedad que tanto me encantaba.  No dejaba de pensar en Mangel, por algún motivo el no salía de mi cabeza.  Me estaba casi durmiendo cuando sentí que alguien me apartaba el pelo de la oreja y lo colocaba detrás de esa. Fue un acto reflejo, me giré de repente asustando a la persona que me lo estaba haciendo. Vi unos ojos color café y LA sonrisa. 




sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 17

Bajé las escaleras y me junte con Laura.
- Ehem, tortolitos ehem. –tosió
- Que te den. –reí
- Si soy muy monos.
- Shht! –la hice callar.
- A mi no me hagas shht! –dijimos a la vez y empezamos a reír. Tonterías entre amigas no más.
Empezamos a andar hacia mi casa, nos estábamos planteando en que ella se viniera a vivir conmigo, de echo hacía mucho que queríamos vivir juntas.
Recogimos a Lou, que me lo llevé envuelto en una toalla, se deja hacer casi de todo y nunca se me escapa, así que no había problema, luego nos dirigimos hacia casa de Laura.
- ¿Tu tía sigue ahí? –le dije mientras subíamos las escaleras para entrar.
- Que va, le dije que se fuera que yo ya llegaba.
Entramos en su casa y vinieron a recibirnos sus dos mascotas. Su perro Cody, un labrador cachorro como ese del anuncio de papel de váter, exacto, así de mono. Y su gato Jack. Dejé a Lou en el suelo, que corrió hacia Jack para jugar con él. Cody se tiró encima de mí.
- ¡Cody! –reí mientras intentaba no ser comida por él.
Cody no tiene problemas para juntarse con los gatos, solo quiere jugar, y como Lou también es cachorro se llevan bien.
Laura y yo nos pusimos a preparar todas las cosas para esa noche. Pusimos colchones, mantas y cojines por todo el suelo y fuimos a comprar toda la comida basura que alguien se pudiera imaginar. Volvimos a casa y pedimos unas pizzas mientras esperábamos a Tamara.
Cuando llegó, las pizzas no tardaron mucho en llegar tampoco, estuvimos comiendo todo lo que podíamos y comentando planes para hacer alguna noche.
- Mirad lo que he traído. –sacó una película de la bolsa.
- ¡Ostias! –era la película de Insidious. Dios, había visto esa película muchas veces y seguía atemorizándome.
- Chan, chaan, chaaaaaaaaan. –dijeron Laura y Tamara a la vez.
Cuando la pusimos cogí a Cody entre mis brazos. Lou y Jack estaban jugando por ahí. Abrí el móvil y descubrí que el fondo de pantalla estaba cambiado. Era este:



Mangel me lo había cambiado, pero la verdad es que no sé cuando lo habrá hecho. Oh, tal vez cuando me despedía de Rubén o algo. Le envié un mensaje por Wazzá.

*Conversación*
Yo: Mu bonico el fondo de pantalla.
Mangel: ¿Te gusta? –respondió al momento.
Yo: Uy si, me encanta :)
Mangel: ¿Qué hace uste?
Yo: Pues ver una película de miedo, TENGO MIEDO MAHE D:
Mangel: Si yo estuviera ahí te protegería de to los marvados.
Yo: Aww Si porfavó:’3 ¿Y tú que hace papito?
Mangel: Pues escucho música, y ahora voy a colgar el nuevo vídeo :)
Yo: Te diría que vinieras pero no tienes vagina...:(
Mangel: Tal vez la tengo, pero esta escondía :3
Yo: En ese caso te puedes venir:D
Mangel: Pero tengo la regla, me duele tó D:
Yo: Oh que penilla… :( Bueno chiquilla, te dejo que me pierdo la película por tu culpa.
Mangel: ajaja venga. Cualquier cosa me avisas que me quedare toda la noche despierto mirando vídeos de gatos obesos con Rubiuh :’)
Yo: jajajajajaj, que divertido suena eso :’D
Mangel: Claro que sí marvada ;D
Yo: Bueno te dejo tigre, que te vaya bien con los obesos
Mangel: Ta luego
*Fin conversación*

Bloqueé el móvil y noté una mirada incomoda encima de mí. Laura se había quedado dormida sobre mi hombro (como era de esperar) Y Tamara estaba sentada en el sofá asomando la cabeza por encima de mi hombro. Di un rebote que hizo que Laura se despertara.
- ¡Coño que me has asustado! –dijo Laura.
- ¡Coño que me ha asustado ella! –señalé a Tamara, todas reímos.
- Con el señorito Mangel eh. –subió y bajó las cejas y puso una cara divertida.
- Que va, que va. –reí nerviosa.
- Uuuh. –cantó Laura colocándose bien. Me miraron las dos con una cara pervertida.
- ¿Podéis prestar atención a la película? –reí intentando cambiar de tema. Disimular se me da como el culo.
- Ya, lo que usted diga señora Rogel. –rió Laura.
- Que os jodan. –reí.
Fue todo un escándalo, yo para los sustos soy muy mala. Y Tamara no dejaba de cubrirse la cara con la almohada, Laura se estaba volviendo a dormir. Aun que con un grito que dimos casi le da un ataque. Acabó la película y ya nos estábamos durmiendo todas. Pero esto no se acababa aquí. Tamara y yo, que aun que pareciéramos drogadas por el sueño que teníamos, cogimos el ordenador y pusimos la música a tope en la oreja de Laura. Se despertó de golpe.
- ¡Coño! –se asustó. Se estremeció entre las mantas mientras nosotras la meneábamos para que se levantara. Eso la ponía furiosa, que la menearan o la sobaran de esa manera. Al final se decidió por salir.
- Sois unas cabronas. –empezó a reír.
Nos pusimos a bailar como si se acabara el mundo, nos la jugamos con swag como diría Rubius. Sonó esta canción: 


Me recordó un montón a Mangel y le grabé un vídeo bailando esa canción y se lo envié por Wazzá. Al rato me llegó esto:  (Abrir en una nueva pestaña :3) https://vine.co/v/heXWQQ6OgPK 


Sonreí al verlo, nos quedamos más rato bailando y haciendo el subnormal hasta que nos dormimos.

jueves, 24 de octubre de 2013

Capítulo 16

Me enseñó su lista de canciones favoritas, había de todo, menos Reggaeton está claro. Dios, como lo odio. Dimitri Vegas, Freddy Mercury, Borgore y Steve Aoki es de lo que más había. Me puso una que me hizo venir muchos recuerdos: 


Lo miré mientras sonaba la canción y lo abracé ocultando mi cabeza en su cuello.
- Ustéh. –me apartó poniendo las manos sobre mi cintura y me miró a la cara. Me hizo una sonrisa y esperó a que yo le hiciera una. Le devolví y me dio un beso en la frente. Busqué más canciones y al ver la de Blue Jeans de Lana del Rey la puse. Me encantaba. Subí el volumen y como era de esperar, Laura apareció por la puerta.
- ¿Qué hace aquí mi amada? –Lana es la ídola de Laura. Mangel sonrió y Rubius asomó la cabeza por detrás de Laura.
- ¿A ver queréis comer ya muyayos?
- Venga. –sonreímos dirigiéndonos al comedor, Rubius ya había preparado la mesa con Laura. Había preparado spaguettis. Nos sentamos todos y Rubius se acercó a Mangel y se sentó sobre su regazo poniendo sus manos detrás de la nuca de Mangel.
- Oish Richard, como te quiero Richard. –empezó a “imitarme” poniendo una voz aguda y haciendo caras.


- ¡Que te pireh!-Mangel se lo saco de encima.
- Sois muy románticos eh. –rió Ruben.
- Fac you. –le saqué el dedo. –Es culpa tuya por hacer el dinosaurio encima de la silla. –rió sin entender lo que decía.
- Que se le ha quedao el culo encajao en la silla por que sa partío el asiento –rió Mangel.
- Oh perfecto, ahora quedo como una gorda.
- Que diceh muhé. –sonrió Mangel.
Rubius se metió un puñado de spaguettis en la boca y empezó a comer como si se acabara el mundo.


- Marrano. –reí
- ¿Cómo coño quieres que me los coma? –dijo con la boca llena.
- Pues como las personas normales, oh espera… tú no sabes que significa normal.-me burlé de él. Laura y Mangel soltaron un OOOU.
- Ehé. –Rubius me tiró un trozo de pan. –Pues los que no somos normales tenemos más swag.
- Claro que sí. –sonreí.
Acabamos de comer  y Rubius se metió en su habitación para seguramente echar una siesta, se pasaba la vida durmiendo o en el ordenador. Llamé a su puerta para despedirme y entré, estaba en la cama jugando con Raspberry, volvió la vista a mí.
- Nos vamos ya. –le sonreí
- Venga muyaya. –se levantó y nos abrazamos.
Salimos de la habitación y Rubius se dirigió a Laura.
- Hasta otra loca.- le dio un pequeño pellizco en la mejilla de forma cariñosa y esta sonrió.
- Adiós melón. –le dio un abrazo.
-¡Oish que monooos! –me puse las manos en las mejillas y me burlé como Rubius hacia conmigo. Laura me sacó el dedo y Rubius sonrió, pasó su mano por mi cabeza y se dirigió a su habitación.
 Mangel nos acompañó a la puerta de salida, se despidió de Laura y esta empezó a bajar las escaleras mientras miraba el móvil.
- Te la traigo cuando esté limpia. –señalé la sudadera.
- Tranquilah cuando quiera usté. –sonrió. Nos quedamos un rato sin saber que decir hasta que rompió el silencio.
- ¿Qué va a haceh hoy?
- Pues voy a quedar a dormir con las dos otras. –sonreí
- Ehta bien, pero nada de tíoh –sonrió señalándome con el dedo.
- Lo sé, solo chicas, y Lou. –sonreí
- ¿Te llevah al gato también?
- Sip, se lleva bien con los animales de Laura.- sonreí
- ¿Así que te llevah ar gato y a mí no? –puso cara de cachorro.
- Claro, para que te los comas a todos ¿no tigre?
- No es justo. –rió. –Buenoh que vuelvah cuando quierah.
- No lo dude usté.- sonreí. Escuché a Laura desde abajo.  – Bueno hablamos. –sonreí.
- Ven aquí. –me abrazó y yo correspondí su abrazo. Nos mecimos un rato hacia atrás y por poco no me mato por la escalera. – Te vas a matah. –rió.
- Corrige, me vas a matar. –sonreí. – Bueno, que me voy ya. –le di un beso en la mejilla.

- Adioh. –me agarró de la manga y me dio el también un beso en la mejilla.

martes, 22 de octubre de 2013

Capítulo 15

- Buenoh que me tengo que ir a editah un rato, vosotras como si fuerah vuestra casa. –Laura y yo nos miramos.
- Tenemos que llamar a Tamara. –dijimos a la vez. Telepatía, típico nuestro.
Saque el móvil y nos sentamos en el sofá con Rubius, marqué el numero y puse altavoz. Sonaron tres pitidos hasta que lo cogió.
- ¿Si? –sonaba la voz dormida.
- Oye croqueta. ¿Qué coño haces durmiendo a estas horas?
- Tía, estaba con Mario.
¿Mario? –miré a Laura que esta tenía la misma cara que yo.
- El de Zoo. –rió Tamara hablando en voz baja.
- ¡Dale calor muyaya! –gritó Rubius cogiendo mi móvil.
- Subnormal. –reí.
- Oye, que me han contado que estás de mamoneo con Mangel eh. –empezó a reír, hice una mirada asesina a Rubén.
- ¿Qué dices? Anda anda. –reí. – Mira con quien estoy. –le pasé el móvil a Laura.
- ¡Fea! –gritó por el móvil.
- Lau! –dijo Tamara emocionada. -¿Cómo es que has llegado antes?
- Pues mira, que me he escapado de mis padres.- sonrió Laura.
- Malota. –rió Tamara.
- ¿Hoy pasarás el día con Mario? –dije yo.
- Que va, tengo el día libre, os puedo dar mamoneo solo para ustedes.- rió Tamara
- ¡Si nena! –volvió a gritar Rubius
- Menos para ti Rubén, fuiste malo conmigo. –dijo Tam
-  ¡Joo! –se quejó el. - ¿Ni un poquito?
- Bueno venga, un poquito. –rió Tamara
- Bueno. ¿Esta tarde quedamos? –dijo Laura
- ¡Claro!
- Bien, podéis venir a mi casa que no hay nadie.
- Uuh! –susurró Tamara en forma de victoria.
- ¿Por qué hablas tan bajo? –reímos Laura y yo.
- Que lo tengo aquí al lado. –rió ella
- Bueno te dejamos con tu señorón Mario Bros. Hasta luego. 
- Hasta lueguito. -rió ella. 

Colgamos el móvil y  nos quedamos un rato viendo la televisión, notaba a Rubius algo serio, y es que coño, es duro eso. Se dirigió al balcón y sacó un paquete de cigarros del bolsillo de su chaqueta y empezó a fumar. Se le notaba la depresión encima, aun que hacía el esfuerzo de sonreír.
Lo miré y observé cómo se fijaba en cada detalle que había fuera, el cielo seguía oscuro con algunas nubes, y todavía estaba todo húmedo por la lluvia. Se giró un momento y me miró, sonrió para mi e hice lo mismo.




 Luego él miró a Laura, que esta se dio cuenta y se levantó dirigiéndose a él. Laura salió al balcón y se apoyó en la barandilla junto a Rubén.
- ¿Quieres? –Rubius le ofreció un cigarro y esta lo cogió y le sonrió.
Me acerqué a ellos y puse mi mano sobre la nuca de Rubius.
- ¿Y tu muyaya? –señaló la caja de cigarros.
- Sabes perfectamente que no soy masoquista. –le sonreí, siempre le hacía esa broma, ya que no soy de tabaco ni nada, lo considero una tontería y fin. Rubius soltó una risa y pasó su mano por mi cabeza.
- Bueno, me voy a ver cómo va el otro. –sonreí señalando con la cabeza la habitación de Mangel. Rubius me miró divertido e hizo un movimiento con la cadera mientras cantaba “Dale calor muyaya”.



Le saqué la lengua y me dirigí a la habitación de Mangel.
Llamé a la puerta, se escuchaba algo de música dentro.
- Pasen no más. –dijo él desde dentro. Asomé la cabeza por la puerta y Mangel giró la mirada hacía mi y sonrió al verme.
- Hola. –sonreí entrando y sentándome en la silla donde me había sentado hace dos días.
- Muy buenah. –sonrió volviendo la vista a la pantalla. –Ehtoy buscando música pal videoh. ¿Me quiereh ayudah?

- Por supuesto. –me acerqué más a él moviendo la silla y bueno, la suerte sigue sin estar de mi lado. El culo de la silla se partió y me quedé casi atrapada en la silla.
Empecé a reír y Mangel estaba casi por los suelos, me ayudó a salir del hueco y me cubrí la cara con las manos mientras lloraba de la risa.


- Dios que patética soy. –reí
- Es Rubiuh, que se pone a haceh el dinosaurio y salta sobre la silla. –se volvió a sentar en su silla y dio palmadas sobre su regazo para que me sentara, me senté y él pasó sus manos envolviendo mi cintura y las puso sobre el teclado del ordenador.

domingo, 20 de octubre de 2013

Capítulo 14

Me acerqué a él y me senté a su lado.
- ¿Rubius? –agaché la cabeza y se cubrió la cara con ambas manos. - ¿Rubén qué coño te pasa? –me volvió a mirar y me abrazó. Estuvimos un rato así cuando alguien llamó a la puerta. Mangel asomó la cabeza.
- Un momeeeento… ¿Qué pasah aquí? –dijo bromeando. Giré la mirada hacia el y le hice una mirada de POCA BROMA. Se acercó a nosotros que seguíamos abrazados y Rubius se separó de mí.
- Dejadme solo por favor. –giró la mirada hacia el lado.
- Johnny ¿Qué está pasando en vaginasTown? –Mangel intentaba animarlo. Se sentó a su lado cuando vio que no servía de nada. Rubius se cubrió la cara con la mano.  -¿Rubiuh? –dijo Mangel poniendo la mano en su hombro. Me recordó tanto al vídeo de Oculus Rift donde Rubius se pone a llorar.




- Os dejo un rato. –me levanté y me dirigí a la puerta. Laura estaba en el sofá con Raspy.
- ¿Qué pasa? –me miró
- Rubius, que no sé qué le pasa. Estaba llorando… -dije preocupada mirando hacia la puerta, que estaba medio abierta. Miré disimuladamente y se estaban abrazando, la verdad, y no lo niego, ellos dos tienen una amistad entre hermanos más grande que nada. 


Mangel le dio una palma en la espalda y se dirigió a la puerta.
- Quiere hablah contigo. –pasó su mano por mi hombro y entré. Rubén se lavó la cara con la manga de su chaqueta y me sonrió. Me senté junto a él y agarré el cojín de Mangel entre mis brazos.
- Perdona por ser tan vagina. –subió la vista y sonrió.
- Oye, eso no es ser vagina. A no ser que me digas que coño te pasa. –hizo una risa y miró hacia abajo.
- Es… Jannies. –intentó sonreír para no llorar, pero en vez de eso se mordió los labios.
Esta vez lo abracé yo.
- No sé por qué coño lloro, si hay cosas peores… -me miró.
- Ya… -intenté aguantar las ganas de llorar yo también.
- Oh no, no quería referirme a… Lo siento. 
- Tranquilo muyayo. –sonreí para él y él para mí.
Rubius me enseñó una fotografía donde salía Jenn con un hombre, se estaban besando. Nunca hubiera imaginado eso de ella…
- Y  encima no me quiere decir el porqué de toda esta mierda… -hizo una pausa. –Que le den… -dijo molesto.
- Joder… bueno no te preocupes, aquí nos tienes. –sonreí y lo agarré de la mano. –Lo mejor es que te olvides.
- Gracias –sonrió él.
- De nada vagina. –bromeé.
- Polla. –rió. 
Nos quedamos un rato en silencio.
- ¿Te acuerdas de Laura?
- ¿Laura? ¿La loca de Zoo junto a ti? Por supuesto. –sonrió
- Claro, las locas que éramos. –sonreí. Una tarde en Zoo, a Laura y a mí nos dio un ataque de risa, de esos nuestros. Y parecíamos realmente locas.
Me levanté y le agarré el brazo a Rubius haciendo que viniera conmigo. Abrí la puerta y Laura sonrió al ver a Rubius.
- Hombre muyaya, cuánto tiempo.
- Lo mismo digo melón  –se dieron dos besos.
- Mangel tío. ¿Dónde coño has estado por cierto? – Rubius se giró hacia Mangel.
- Tranquilo hombre, he cuidado bien de tu esposo. –dije guiñándole un ojo.
- Más te vale. –sonrió. – UUUUUUH! ¡Aquí ha habido serso nena! –bromeó.
- Claroh Rubiuh, lo que tu quierah. –sonrió.
- Claro, mira como se empalma. –rió Rubius dándole un golpe flojo en el pantalón
- Que pesao que ereh Rubiuh - se le notaba la risa nerviosa. Por no hablar de lo roja que estaba yo.
- De verdad, no me esperaba eso de ti Mangel. Creía que eras fiel. –Rubius se cruzó de brazos y le dio la espalda a Mangel poniendo cara de pena.
- Si sabeh que yo nunca haría eso Rubiuh. – Mangel abrazó a Rubius rodeando sus brazos por su estómago y le dio un beso en la mejilla bromeando, luego empezaron a bailar.


- UUUST! –sonrió Rubius.

Me encanta cuando hacen esas gilipolleces. Al menos ahora Rubén no estaba pensando en Jannies.

sábado, 19 de octubre de 2013

Capítulo 13

Abrí los ojos, me encontraba abrazada todavía a Mangel, con las sabanas enrolladas en nuestras piernas. Sonreí al recordar esas palabras que me dijo Mangel: “Te quiero.” No lo había dicho como lo dice siempre como amigo. Si no que iba enserio.
Miré a Mangel que seguía dormido.


Como de costumbre Lou entró por la habitación e hizo ese maullido de buenos días que siempre hacía. Lo cogí y me mordió el dedo.
- Mamón. –susurré dándole un beso en la cabeza.
Lo coloqué sobre el pecho de Mangel, Lou caminó hacía su cara y lamió su nariz. Mangel abrió los ojos y se asustó, haciendo que Lou saltara al suelo. Mangel se giró hacia mi todavía con cara de susto, pero al verme sonrió y cerró otra vez los ojos.
- Mahe. –dije peinando su pelo.
- ¿Hmm? –dijo con la vagancia más grande del mundo.
- Yo también te quiero. –abrió los ojos y me miró. Se movió como pudo y me dio un beso en la frente. Nos quedamos un rato más empanados y creo que Mangel se volvió a dormir. Me levanté, me puse la camiseta de Mangel y me dirigí al baño. Me lavé la cara y al terminar me miré al espejo, hice una sonrisa para mí.

Salí y me dirigí a la cocina, le puse de comer a Lou y luego me cogí un bol con leche y le puse Choco Krispies, me dirigí al salón cuando escuché el sonido de la puerta. Sería Concha o algo, pero ella sabe que estoy en casa… ¿Quién coño será?
Dejé el bol sobre la mesa y me puse delante de la puerta. Alguien abrió la puerta despacio, entonces, la chica de pelo moreno oscuro y ojos marrón verdoso asomó la cabeza por la puerta.  Laura me vio  y se adelantó hacia mí,  nos abrazamos. Empezamos a llorar, joder otra vez no. Se me acabarán las lágrimas, aun que ella siempre estaba ahí para ayudarme en lo que fuera.
- Lo siento por no llegar antes tía, he tenido que escaparme de mis padres y he pillado el primer  vuelo yo sola. –sollozó.
- ¿Qué dices enserio?  -me limpié las lágrimas de la cara.
- Claro coño.- sonrió como pudo.
De pronto escuché unos pasos a mi espalda. Me giré de golpe y Mangel se encontraba en la puerta del comedor, con la ropa interior puesta mientras se frotaba los ojos con ambas manos.
- ¿Qué pasah tanto jaleo? –vio a Laura  -Hombreh… -se adelantó hacia nosotras y nos abrazó a las dos. Se separó y dejó su brazo reposando sobre mi hombro.
- Uy. ¿Qué ha pasado aquí? -Laura nos miró con una cara divertida.
- Que te den –le di un golpe flojo en la cara.
- No, no ya me estáis contando cuando es la boda. –sonrió. Mangel me miró y puso la mirada hacia arriba.
- Anda. ¿Queréis algo para desayunar? –me dirigí a la cocina cuando Lou salió por la puerta.
- ¡Colita! –lo cogió Laura. Por cierto, se me había olvidado mencionar que Lou tiene la cola torcida, por eso será que nadie lo quería adoptar. Pero bueno, la gente es gilipollas. Laura lo llamaba colita por eso, aun que el nombre sonaba irónico.
Cogí unos boles, leche y unos cereales sin chocolate. Laura ODIA el chocolate, es… raro sí, al menos para mi que me encanta. Me dirigí al comedor y vi a Mangel y Laura poniendo mi manta sobre Lou y jugando con él. Dejé los boles en la mesa y encendí la televisión. Estaban dando el príncipe de Bel-Air, y como no daban nada más interesante lo dejé. Como me encantaba esa serie.
Mangel empezó a rapear la canción del principio a su manera:
- Ahorah escucha la historia de Usté –señaló a Lou, que este le maulló. –jojijojiijoijoij- empezó a hacer el subnormal.
- Tú eres mu tonto. –me senté junto a él y Laura.
Acabamos el desayuno mientras Mangel tuiteaba cosas y hablaba por WhatsApp, perdón WAZZÁ con Rubius. Comentó que parecía un poco más soso de lo normal.
- ¿Queréis hacer algo? –propuse.
- Yo tengo que ir a editah un rato, y a vé que le pasa a este. –señaló el móvil refiriéndose a Rubius. – Si quereih venih…
- Venga. –sonreí. - ¿Tu te vienes niña? –miré a Laura que esta asintió.
Mangel y yo nos fuimos a cambiar mientras Laura estaba con Lou. Se supone que Mangel se cambiaría en el baño, digo se supone porque mientras me estaba cambiando la camiseta alguien dijo a mi espalda:
- DALE CALOH. –me giré y estaba el con sus pantalones puestos.
- Marvado pervertido. –le sonreí y le lancé la camiseta, me puse una mía y cogí la sudadera de Boston, se tenía que lavar ya pero… ME LA JUEGO. Ya le robaré alguna más.
Salimos y dejé una nota en la puerta para que Concha viera que no estaba, en la calle nos dirigimos hacía casa de Mangel cuando alguien pito con el coche, me giré y era Cheeto.
- ¡Cheeto guapo! –grité, este me saludo.
- ¡Sheeto ioputa! –gritó Mangel, y Cheeto le sacó el dedo mientras saludaba.

Seguimos andando mientras cantábamos tonterias. 
Llegamos a casa y Mangel abrió la puerta, me dirigí a la habitación de Rubén, asomé la cabeza por la puerta y lo vi mirando el móvil seriamente.

- ¿Qué haces muyayo? –le sonreí. Me miró un momento y volvió la vista al móvil, tenía los ojos hinchados y rojos.  Estaba llorando.


jueves, 17 de octubre de 2013

Capítulo 12

Mangel se mordió los labios. Hice el mismo gesto y él puso su mano sobre mi barbilla y con el dedo pulgar la acarició. Nos volvimos a besar. Él se inclinó hacia mí haciendo que los dos fuéramos hacía atrás, estaba prácticamente encima de mí cuando noté algo debajo de mi espalda.
- ¡COÑO LOU! –grité asustada. El gato salió corriendo hacia la cocina dónde allí tenía su cama. Mangel me miró y rió.
- ¿Vamos mejor a mi habitación? –sonreí.
- Vamoh. –se levantó de encima de mí y pude ver ese bulto en el pantalón, mi corazón se aceleró. Me tendió la mano y se la agarré.
- Grr Mahe. –miré ese bulto y el rió. Me acercó a él estirándome suavemente del brazo y miró mis labios con cara de asesino.
- Oye tu me quieres matar. –sonreí.
- La presah der tigre es la cebra, y er tigre tiene hambre. –sonrió mirándome a los ojos.  Me acercó a su pantalón y yo levanté un poco la pierna, agarrándome a su cintura como un mono. Me levantó y fuimos hacia mi habitación mientras nos besábamos.

A duras penas pudo abrir la puerta ya que no veía nada conmigo encima. Reí al ver que se estaba empezando a cabrear. Cuándo por fin la abrió, su cuerpo fue hacia delante y me apoyó sobre mi mesa. Mi culo aterrizó en el teclado de mi ordenador y se pudo ver mi salvapantallas, salía esta foto:


Mangel empezó a reír.
- ¿Y ehto?
- Que yo quiero mucho a mi juerguista hombre.  –sonreí.
- Y yoh a mi Concha. –estallé a reír. Ese nombre me causaba mucha gracia.
- Deja ya a la pobre mujer.- reí.
Empezó a besarme otra vez y me llevó hasta la cama, me dejó despacio sobre esa y se estiró sobre mí con cuidado. 
–Si peso mucho me lo diceh.- sonrió para mí. Yo no le contesté, solo lo agarré de la nuca y nos seguimos besando.
Puse mis manos sobre su pecho, por debajo de la camiseta y le acaricié. Su cuerpo estaba cada vez más cálido, al igual que el mío.
- Aquí hace muchoh caloh. –dijo entre besos.
- ¿Ponemos el ventilador? –bromeé, pero él pensó que iba enserio ya que me miró y rió. – Que subnormal eres Mahe mío. –le saqué la camiseta y se estiró a junto a mí, luego me colocó encima suyo  y sacó la mía. Empezó a acariciar mi espalda y bajó la mano a las piernas, las acarició y acarició. Sus manos eran tan finas… Luego pasó otra vez las manos a mi espalda y la masajeó, mas tarde las bajó hacia mi short y metió las manos por dentro, parecía una montaña rusa que baja y sube las manos.  Me hizo soltar un pequeño gemido y rió.
Subió sus manos hacía mi sujetador y lo desabrochó. 
- Oye ahora me tocaba a mí.
- No valeh por que yo no tengo sujetadoh. –le sonreí y empecé a bajar sus pantalones. Él mordió sus labios mientras sonreía.
Decidí hacer lo mismo que Rubius hizo en uno de sus vídeos, toqué el pecho de Mangel y lo apreté mientras reía.
- No me toqueh lah tetas.- rió él, mi imagen vino a la cabeza. Dijo lo mismo que le había dicho a Rubén. – Eso te lo ha enseñao Rubiuh. –rió otra vez.



- Puede ser. –sonreí.
Bajó de nuevo sus manos hacia mis shorts y los bajó, metiendo ahora la mano por mi ropa interior, joder tenía las manos muy cálidas. Demasiado para mi body. Yo hice lo mismo y metí mis manos por sus bóxers o calzoncillos, o cómo coño los llaméis.
Mangel hizo LA sonrisa. Nos seguimos besando, sus labios me calmaban. Estábamos los dos completamente desnudos, podía sentir su calor. (DALE CALÓH) Como diría el. Mangel dejó de besarme y me miró a los ojos.
- ______.
- Mangel. –dije con la respiración agitada y casi sin poder vocalizar.

- Te quiero. 









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chaaan chan CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!! JAAJJAJA PERVERTIDOS MODE ON :'D Buano aqui er capitulo de Mamoneo que muchooos esperaban JAJÁA <3 Grásia por leer <3

miércoles, 16 de octubre de 2013

Capítulo 11

De pronto le sonó el móvil y lo miró.
- Que ioputah que sois –rió. Le cogí el móvil, salía la foto que nos habíamos hecho Rubius y yo con su cara pintada. 

Rubius la había colgado en Twitter y en la descripción ponía: USTÉH ESTA DORMIDITO @mangelrogel y salía mi twitter. PROBLEMAS.
- ¡Noo! ¡Mi twitter no! Ahora me van a matar a notificaciones y denuncias por spam.
- ¿Eh que no puedeh ser una amiga?
- Fan girls Mangel, Fan girls. –la verdad, yo entiendo a esas personas. Pero ahora Rubius la ha cagado poniendo mi twitter.
- Bah, que se pireh ya. Te tiene que dar iguá.
- No, no medaiguá Mahe. –reí. –Ahora me la tendré que poner privada o algo.  –Nos quedamos un rato en silencio mientras la película seguía, Mangel empezó a acariciar mi pierna.
- Oye Mangel. –sonreí.
- Dígame usté. –giró la mirada hacía mi.
- ¿Creías que era yo la de esta mañana? – reí
- ¿Er cuando?
- Rubius te tocó los labios y susurraste mi nombre. –empezó a reír y se cubrió la cara con ambas manos. Me senté junto a él ya que estaba estirada. - ¿Sí o no? –reí
- Ehtaba despierto, lo hice pa seguí la broma- rió.
- Ya claro. Te gustó ese beso eh tigre. –hice como Rubén, levanté una ceja y puse cara pervertida.
- Hombreh, como olvidarlo. –me sonrió. OMG.
-Lo mismo te digo. –sonreí también.
Nos quedamos mirando durante unos segundos.  Pasó su mano por detrás de mi nuca, me acercó hacia el lentamente y nos volvimos a besar. OMFG, como me gustaba ese asqueroso. Me coloqué encima suyo mientras nos besábamos, god, bajó sus manos a mi cintura y yo puse mis manos bajo su camiseta, su cuerpo estaba caliente. Pude escuchar como soltó un pequeño gemido ronco, joder…JODER.
Nos seguíamos besando y no sé si esto acabaría a más o no,  solo sé que mataría a la persona que hizo uno de los sonidos más molestos del mundo, y no me refiero al de un globo si no al sonido del timbre.
- Me cago en toh… -se quejó Mangel.
- Mataré a la persona que esté detrás de la puerta. –me levanté algo molesta a abrir la puerta. Mangel se colocó un cojín sobre el pantalón, oh mai gá.
Abrí la puerta y encontré a la vecina con Lou en brazos.
- Se ha vuelto a colar por el balcón hija, ten cuidado. –me entregó a Lou.
- Oh, lo siento, me he quedado dormida y me he dejado las ventanas abiertas. Gracias Concha. –escuché como Mangel soltaba una risa, sonreí a Concha y cerré la puerta dejando a Lou en el suelo. Me giré hacia Mangel y me hizo LA sonrisa torcida. Digo LA por qué es tan única…
- ¿Ca pasao?
-  El gato, que se ha colado en el balcón de la vecina. –volví a coger a Lou y lo puse sobre el sofá, luego fui a cerrar las ventanas.
Me senté al lado de Mangel y coloqué mis pies sobre el cojín que tenía sobre el pantalón. Reí ante la cara que puso cuando los puse encima. Tenía un bulto ahí abajo, joder. Le agarré la mano y entrelazamos los dedos, luego hundí mi cabeza en el hueco de su cuello y lo besé.
- Oye. –dijo el soltando una risa.
- Dime. –le volví a besar.
- ¿En que piensah todo el rato?
- ¿Eh? –dije apartándome de él y mirándole a los ojos.
- Lo que mah dicho por Wazzá. –sonrió.
- Lo deberías saber, adivino. –sonreí y volví a poner la cabeza en su cuello.
- Díganmelo no más. –dijo con el acento Mexicano,  subí de nuevo la mirada y puse mi nariz bajo la suya.

- En un tigre muy marvado. –sonreí.
Mangel acarició mi nariz con la suya, parecíamos como leones restregándose.
- Entonceh tenía yo razón. –sonrió sin dejar de acariciarme.
- Exacto. –le besé la barbilla. - ¿Y usté en que piensa?
- En que tengo una polla que no me la merezco. –dijo cantando.
- No la cagues Mangel. –reí.
Mangel rió y miró hacia un lado, luego me volvió a mirar a mí. Parecía que estuviera nervioso y todo, que monada.  Subió sus ojos hacia los míos y se puso más serio, pero sin dejar de sonreír dijo:
- En ti.


lunes, 14 de octubre de 2013

Capítulo 10

Estaba entrando por el portal de mi casa cuando alguien me mandó un Whatts o como digo yo siempre “UN WAZZÁ”. Se formó una sonrisa en mi cara.
*Conversación*      

Mangel: USTÉH 
Yo: Marranoso  
Mangel: ¿Qué hace?
Yo: Pues estaba entrando por la puerta de casa. ¿Tu es que tienes un radar o cámaras que me vigilan verdad? Ajajjaj
Mangel: Puede ser… Aun que ya sabes que soy adivino :P
Yo: Seguro. ¿En qué estoy pensando listo?
Mangel: En mi 
Yo: Claro, si estoy hablando contigo tontorrón. Me refiero en que pienso mientras no estoy hablando contigo.
Mangel:
Escribiendo…
Mangel: En que Rubiuh es la cosa más preciosa de este mundo.
Yo: Eres todo un troll Rubén :’3
Mangel: Pero sabes que tengo razón.
Yo: Claro que sí Rubén, claro 
Mangel: Este tío es gilipollas
Yo: Jajajaj Probablemente lo haya sacado de ti 
Mangel: Yo también te quiero ♥ (se supone que es amarillo :'3)
Yo: ¿Y ese corazón? Tiene una enfermedad D: ¡CORRAN, SURGEON SIMULATOR YA! 

 Mangel: HAHAHAHAHA, Solo es el corazón de Homer. ¡No se preocupeeen no más!
Yo: Entonces bien :3
Mangel: Me abuuuuuurrrrooooooo, vente pacá D:
Yo: Vente tú que estoy vaga de tanto andar :(
Mangel: Venga:)
*Fin conversación*
Me fui a poner el pijama, una camiseta de tirantes y unos shorts. Podéis llamarme rara, pero me pongo un pijama de verano y cojo una manta por que hace frío. Me senté en el sofá, OMG iba a venir otra vez. Cogí a Lou entre los brazos y no sé cómo no se asustó al ver mi cara de loca con la sonrisa que llevaba. Mi pulso se había acelerado, decidí tranquilizarme un poco. Pero mi mente es estúpida y no capta lo que significa relajarse, me acabe durmiendo.
No sé cuánto tiempo me quedé durmiendo pero me desperté al sentir miradas sobre mí. Abrí los ojos lentamente y vi a Mangel que estaba de cuclillas delante de mí, al ver que yo abría empezó a hacer muecas.



- ¡OH MAI GÁ, LA CARA ER MAHE! –grité.  Él empezó a reír.
- Buenoh diah dormilona.
- ¿Cómo coño has entrado Spiderman? –sonreí sentándome y dejando la manta a un lado.
- Tu vecina. –sonrió él.
- ¿Pero cómo te ha dejado entrar? Podrías ser un violador.
- Porqué ayer la cotilla nos vio salir juntos. Cree que estamos saliendo. –sonrió nervioso. AW que mono.
- Shht, cállate que puede tener micros escondidos. –me acerqué a él y le tapé la boca con la mano.
- ¿Qué quiereh haceh? –dijo sentándose junto a mí.
- ¿Miramos una película? –sonreí. –Te dejo escoger.
- A véh. –encendí la televisión y le enseñé las películas que tenía.  Él acomodó su brazo rodeando mi hombro. Vio una película que yo sabía que le llamaría la atención.
- ¡Jurassic Park! –rió como un niño pequeño.
- ¡Lo sabía!

La pusimos y la estuvimos mirando mientras comíamos palomitas. Me estaba quedando dormida sobre el hombro de Mangel, pero ya me dolía el cuello así que me estiré y apoyé mi cabeza sobre el regazo de Mangel (Malpensados everywhere e.e ) y este sonrió apoyando su mano  en mi hombro. Me estaba durmiendo cuándo me enviaron un mensaje, era Laura.
- ¿Cómo estas nena? -decía
- Mejor fea, gracias. Mira con quien estoy. – Puse la cámara y Mangel agachó la cabeza para hacernos una foto. Salía sacando la lengua y yo inflando las mejillas. Laura al segundo de ver la foto me llamó.
- Hola niña –sonreí
- Hola nena. Pon el altavoz un momento anda. –dijo ella. Enseguida lo puse – Mangel, muchas gracias eh.
- De nada muhé. –sonrió él.
- ¿Cómo os va por ahí? –dijo ella.
- Muy bien, ayer fuimos a Zoo y nos encontramos a Tam.
- ¿Enserio? ¿Cómo esta?
- Igual de loca que siempre. – Sonreí  –Sigue siendo nuestra Tam, cuando vengas tenemos que hacer un día Zoo.
- Por supuehto. –dijo Mangel mientras peinaba algunos mechones de mi pelo.
- Si en nada estoy ahí. Yo te llamo en cuanto vuelva.
- Vale niñaa
- Bueno cariño, hablamos que viene la Vaci a vacilar. – Su madre, la llamamos así porque siempre vacila mucho y es muy graciosa. JAJAJA TONTERÍAS NUESTRAS :’D
- Venga adiós. –reí
- Adiós tortolitos. –dijo dando un beso al teléfono en forma de burla y riendo.
- Que te den. –reí haciendo lo mismo.
- Hasta luegoh Laura. –rió Mangel.
Colgué el teléfono y miré a Mangel, el hizo lo mismo. Nos sonreímos y  me senté a su lado, observé sus ojos, marrones oscuro.  Me acerqué poco a poco a él, tenía su mano sobre mi pierna y la acariciaba como si fuera un gato. Sonreí al notar un cosquilleo que subía por todo mi cuerpo. ¿Nos íbamos a besar otra vez?
  

sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 9

Me desperté con una resaca increíble. Me vino a la cabeza el rap del resacoso de Cheeto, y me apetecía un Yatekomo. Me dirigí hacia el baño, la puerta del cuarto de Rubius estaba medio abierta. Miré por la rendija de la puerta y lo vi espatarrado sobre la cama con el cojín de Mangel bajo la cabeza. Awww.
Entré en el baño y pude ver las grandes ojeras que tenía bajo los ojos. Me lavé la cara y salí al comedor. Raspy estaba durmiendo en el suelo al lado del sofá donde se encontraba Mangel durmiendo con la boca abierta, y sacando algún que otro ronquido de ella.
Raspy hizo un maullido que parecía el de un gato sufriendo y se me quedó mirando. Tenía hambre, me dirigí a la cocina y por mala suerte no había Yatekomo, así que cogí un bol y lo llené de leche, luego le puse Choco Krispies, sabía que a Rubén le encantaban. 
Escuché un ruido y el rey de Roma apareció por la puerta.
- ¿Qué tal borracha? –dijo sentándose en la silla. - ¿Te acuerdas de algo sobre lo que te dije ayer? –La verdad…no caí en lo que quería decir. Aun que no olvidaba para nada el beso y la canción. Le seguí el rollo.
- Algunas cosas.-sonreí
- ¿Así que recuerdas lo que te dije sobre Mangel? –puso la cara pervertida de siempre. Pensé durante un momento, me dolía demasiado la cabeza como para pensar.
- Sí que me acuerdo, pervertido. –mentí
- Oh ¿Así que es verdad eh?
- ¿El qué? –mierda me ha pillado.
- Que te tocas pensando en el. –sonrió
- ¿Qué dices tú? –reí.
- Te he pillado nena.
- Eso es mentira, so marrano. –dije imitando a Homer Simpson. (Si, en un capitulo dice eso GÑÉ)
- Mira lo que tengo –dijo sacando un rotulador de color negro.
- ¿Qué me quieres decir con eso? –dije.
- ¡Chaaan chaaan! –dijo mirando desde la cocina a Mangel.
- Sé por dónde vas. –sonreí levantando una ceja. 


Él me pasó otro rotulador rojo, nos acercamos con silencio a Mangel.
- ¿Qué le pintamos? Ya tiene media cara atigrada. –susurró Rubius.
- Pues la otra media de gato. –propuse.
- De gato con problema mental. –rió destapando el rotulador.
Empezamos a pintarle cada uno su obra de arte. Yo le hice una nariz roja y algunos granos por la cara. Rubius le puso  los  bigotes y le dibujó una polla en la frente.
- ¿Un gato con una polla en la frente? Rubius tú estás muy mal. –reí
- ¡Es un gato con un problema severo de deformidad coño! –rió cogiendo el móvil. – ¡Pal Tuenti! – nos hicimos una foto con nuestra obra de arte.
Rubius empezó a pasar el dedo sobre los labios de Mangel acariciándolos y este sonrió.


- ¡Piensa que eres tú! –dijo Rubius soltando un gallo.
- ¿Qué dices Rubén? –sonreí. De pronto Mangel susurró algo:
- _______. –susurró Mangel. Me cago en dios. Rubius soltó la carcajada de su vida y cayó al suelo mientras reía, Mangel se despertó sobresaltado.
- ¿COÑO CA PASAO? –dijo observando a Rubius, luego me miró a mí y sonrió.
- ¿Enserio Mangel? –reí, me fije en su cara de WTF? Con la polla pintada en la frente y me tiré al suelo a reír con Rubén.
- ¿Qué coño ehta pasando? –dijo levantándose rápidamente y dirigiéndose al baño. –¡QUE IOPUTAS! –rió. Se lavó la cara y cuando volvió se lanzó sobre nosotros.
No dejábamos de reír. Sinceramente, con ellos es con quien me lo pasaba mejor y me reía durante todo el tiempo. Me quedaría con ellos de por vida pero no puede ser así.
- Chicos, me tengo que ir  ya. No me puedo quedar aquí de for life, aun que me gustaría.
- ¡JOOOOOO! –se quejó Mangel dando un golpe al hombro de Rubius que este repitió el gesto. –Quédate a comeh –dijo poniendo cara de perro abandonado.
- Gracias de verdad, pero no hace falta. –sonreí
- Pero UST se va a poneh triste. –miró a Rubius que este enseguida empezó a mover el dedo.
- ¡UUUUST! ¡UUUUUUUUUUUST! –gritó pegando a Mangel.


- Vale Ust, vale. –sujeté las manos de Rubén. –Me quedo si no me matas a Mangel. –sonreí
- ¡UUUUST! –Rubius hizo su baile de la victoria.
Mangel preparó la comida mientras yo jugaba un rato a Outlast con Rubius. Casi me da un ataque cardíaco, pero estuvimos riendo durante todo el rato.
 Fuimos a comer y cuándo acabamos me despedí de Rubius que se fue a echar una siesta. Me quedé con Mangel en la puerta de salida.
- Gracias por todo chicos, de verdad. Os quiero. –abracé a Magel, oh no, ganas de llorar ora vez… Pero me contuve.
- Ereh mu fuerte _____ -sonrió Mangel. Cogió la sudadera de Boston y me la entregó, le sonreí con los ojos brillantes y la olí. Seguía con el olor de Mangel.
- Volveré a por más droga pronto. –señalé la sudadera, el rió.
- Vente cada día.
- ¿Quieres que me convierta en una drogadicta?
- Medaiguá en lo que te conviertas mientrah no cambies. –Mangel se adelantó a mí y me abrazo contra su pecho. No aguanté más y me puse a llorar mientras lo apretaba contra mí. Los brazos de Mangel eran reconfortantes, era como si estuviera abrazando a mi padre y eso me hacía feliz. Los abrazos que daba eran los mejores del mundo y lo siguen siendo.
- No lloré mah, por favoh. –Mangel me sujetó por la barbilla, tenía los ojos también brillantes. NO MANGEL, TU NO, NO ME HAGAS ESTO.  Sentí un gran impulso y me acerqué a sus labios. Rápidamente el también se acercó a los míos, nuestros labios rozaron y mi piel se erizo. Una lágrima seguía cayendo por mi mejilla. Finalmente los labios se tocaron, y nos besamos durante unos largos segundos. Él posaba una de sus manos en mi mejilla para limpiarme la lágrima, y la otra en mi cintura.
Nos apartamos lentamente el uno del otro y sujeté su cara entre mis manos, los dos hicimos una sonrisa inmensa y juntamos las frentes. Bufé para mí.
- Te quiero tigre.
- Y yo marvada. –sonrió abrazándome otra vez.
Bajé las escaleras mientras me ponía la sudadera y miré hacia arriba, Mangel se despidió con la mano. Salí a la calle y empecé a andar hacía mi casa con mis auriculares puestos y la canción:
Mammoth.
Podéis llamarme exagerada, pero era importante para mí. Y es de esas canciones que no puedes dejar de escuchar.
¿Sentía algo por Mangel? Muchas cosas. ¿Lo quería? Sí. ¿Era importante para mi vida? Imprescindible. ¿Estaba enamorada de él?

Sí…









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CHICAAAAS!!!! QUE HE CONOCIDO A CHEETO OMGOMGOMGOGM Y A MARIODICKSTROY Y A YELLOWMELLOW! DIOS, EN LA FINAL CUP DE BARCELONA :'3 CASI MUERO, LE HE DADO UN DIBUJO A CHEETO Y LE HA ENCANTADO! Y TAMBIÉN LE HE PEDIDO UN ABRAZO Y ME HA DICHO: CLARO, QUE MONADA. *-*  


OOH TAMBIÉN ME SIGUE MARIO EN TWITTER :'D MUCHAS EMOCIONES POR UN DIA!!! ME VOY A NARNIA <3

viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 8


Empezad escuchando esto:





Subió mi barbilla y me miró a los ojos. Ahora yo no estaba riendo, solo sonreía, tampoco era para mofarme delante de sus morros cuando ya sabía lo que iba a hacer. Así que me fue acercando hacía sus perfectos labios, estábamos en medio de toda la multitud, yo solo estaba en mi puto mundo. Mangel posó sus labios contra los míos y me hizo abrir los ojos, pasé mis manos por su nuca y lo iba acercando más a mí, hasta el punto en que parecía que nos íbamos a quedar pegados o que nuestro cuerpo se iba a fusionar y se convertiría en uno solo.  Tonterías mías.
La canción seguía sonando, esa sería la canción que marcaría mi vida en aquel instante. Así que gracias Dimitri Vegas, suerte que la canción me encanta.  Nuestros labios iban al compás, notaba como Mangel me acariciaba la cintura con ambas manos, yo clavaba mis uñas en su nuca sin hacerle daño. De pronto me mordió el labio inferior e hizo que me apartara lentamente de él.
- Grr.  –conseguí gruñirle. El rió.
- Vamoh fuera un rato. –me cogió de la mano y entrelazamos los dedos de nuevo. 

Me llevó casi a rastras hacia la puerta de salida. Volvimos a sentarnos en el banco de antes. Yo seguía algo borracha pero tenía un poco de consciencia, el beso me había hecho volver a la realidad, pero a la vez seguir en mi nube de felicidad.
Me senté colocando mis piernas  sobre el regazo de Mangel y escondiendo mi cara en el hueco de su cuello. En un momento le di un beso en el cuello a lo que él rió.  Me estaba empezando a quedar dormida cuando escuché la voz de Cheeto.
- ¿Quisho que hacéih aquí?
- Etamoh tomando el aire un rato. –dijo Mangel.
- Tira pallá. –dijo sentándose al lado de Mangel.
Al rato llegaron Rubius, Jannies y Tamara.
- Vamos a un Mc Donalds o algo tío que me muero de hambre. –dijo Rubius.
- Venga vamoh- Mangel sacó mis piernas de encima suyo y me agarró la mano.
Empezamos a andar por la calle, yo andaba como un pato y no dejaba de reír.
- Tú, pato mareáo, que estás mas borracha que na’-rió Cheeto.
- No soy la más indicada, mira cómo vas tú. –dije señalando su cara. La tenía pintada de color naranja.
- Porque yo, soy. ¡Un Sheeto! –reímos por la forma en que lo dijo.
Tamara se acercó a mí.
- ¿Sabes algo de Laura?
- Si, hablo con ella casi todos los días. – Laura es como mi hermana, junto con Tamara, éramos como las locas del instituto. En bachillerato fui con ella, pero ahora lleva unas semanas de vacaciones con su familia. Me prometió que vendría cuando pudiera o que si no se escaparía y cogería un vuelo hasta Madrid solo para estar conmigo. Pero no la puedo dejar que haga eso solo por mí.  - La semana que viene podemos quedar con ella, ya habrá vuelto de viaje. –sonreí para Tamara.
- ¡Yeeeeeeeei! –bailó ella, yo la seguí, todos nos mirarían como si estuviéramos locas. La verdad, nadie estaba muy fino hoy.
- ¿Al final has conseguido algo con ese chico? -dije riendo. 
- ¡Me ha dado su numero!
- ¡OMG! -gritamos las dos a la vez. Todos estarían WTF? Pero lo que se dice siempre: "Cada loco con su tema" 
Llegamos al Mc Donalds y cuando estábamos llegando a la puerta Jannies dijo:
- Chicos, yo me tengo que ir ya, me encuentro algo mal.
- ¿Te acompaño? –dijo Rubén.
- No hace falta. –sonrió. Nos despedimos de ella y se fue.
Entramos y cada uno se pidió lo que quería, yo cogí unos Nuggets con patatas y de postre un Mc Flurry gigante con caramelo. A PONERSE OBESA SE HA DICHO. Los demás cogieron hamburguesas, patatas y algunos Nuggets también. La verdad, yo no soy mucho de hamburguesas, me llenan mucho. Soy más de pollo.
Nos sentamos en unas mesas que se encontraban fuera.
- ¿Y tu des de cuándo conoces a Cheeto Tam? –me dirigí a ella.
- Pues hace poco, lo conocí en el super y dije: ¡Oye tu me suenaa’!
- Sip, estaba comprando Cheetos. –dijo él riendo.
- Y no paramos de hacer noche de Zoo. Vivimos al límite baby. –dijo riendo.
- Con mucho Swag nena. –dijo Rubius dirigiéndose a Tamara que esta rió.
- Tenemos que repetir una noche como esta. –dijo Cheeto.
- Honrados de día… -dijo Mangel.
- ¡Marvados de noche! –gritamos todos levantando las bebidas. La verdad, me había hecho bien salir, olvidarme un poco de todo y pasarlo bien.
Estuvimos haciendo el tonto hasta que Tam y Cheeto se fueron. Rubius, Mangel y yo empezamos a andar.
- Tu, esta muyaya anda muy mal.
- Si, la podemo’ dormi aun que sea en mi cama y yo me voy par sofá.
- No estoy tan mal. –reí. Me dolían los tacones así que me los quité.
- Lo que tú digas muyaya. –me agarraron los dos por los brazos.

- Ehto parece de película’. –pues sí, la verdad es que dos tipos por la calle llevando a una chica medio borracha como me estaban llevando a mi no se ve todos los días.

Llegamos al portal y subimos por el ascensor, me dio por empezar a reír, un ataque de risa a las cinco de la mañana, perfecto. Mangel me hacía callar, pero se puso a reír también. Al final acabamos saliendo los tres del ascensor riendo a más no poder. Escuchamos un ruido en la casa de enfrente y Rubius nos hizo callar.
Entramos en la casa procurando no hacer ruido.
- Mangel, mójale la cara con agua antes. –dijo Rubius metiéndose en su habitación y desparramándose sobre la cama.
- Ven aquí anda. –dijo él agarrándome del brazo y llevándome al baño.
Abrió el grifo y me mojó un poco la cara, el agua estaba fría, ero sus manos eran cálidas. Cogió una toallita y me empezó a sacar la pintura de cebra de la cara. Mientras yo miraba sus ojos y seguía en mi mundo, pensando en la canción y en ese beso. Mangel me llevó hacía su habitación, sacó una camiseta del armario y me la lanzó.
- Úsala de pijama. –sonrió
- Gracias Mangel. –mi cuerpo se abalanzó un poco hacía delante, pero Mangel me sujetó.
- Te vah a caé’- sonrió. -¿Te tengo que vesti’ yo también o qué?
- Tampoco estoy tan borracha como para eso. –reí. Mangel salió de la habitación, me saqué el vestido y me puse la camiseta lo más rápido que pude aun que estando como estaba era imposible hacer algo rápido. Me senté en la cama y olí la camiseta, Mangel se asomó por la puerta.
- Buenah noshe cebra. –sonrió y apagó la luz.
- Adiós tigre. –sonreí estirándome en la cama. Él cerró la puerta. - Mangel. –lo llamé y al instante asomó la cabeza por la puerta.



- ¿Qué quiereh usté?
- Vengan acá. –lo imité. Se acercó y agachó la cabeza hacía mi. Lo agarré por la nuca y le susurré:
- Mammoth. Dimitri Vegas. –le di un beso en la mejilla.
- Mammoth. –sonrió y acarició mi cabeza.
Estaba medio en trance, en mi mundo de felicidad y color. Pero se escuchaba como Rubius hablaba con Mangel.
- ¿Te la vas a tirar? –escuché reír a Rubius.
- Tu ehta mas mal que ella, eh borrasho. –rió Mangel.
- La tienes a huevo coño, toda pedo. –insistía Rubius.
- ¡Tal vez estoy borracha pero no sorda! –grité desde la habitación. Escuché como reían, Rubén asomó la cabeza por la puerta.
- Tranquila tetitas de azúcar, mañana no te acordarás de lo que te acabo de decir. –rió.
- Lo que tú digas muyayo. –reí
- Te estás tocando mientras piensas en Mangeeeel. –dijo en tono burlón. Le tiré el cojín y empecé a reír.




- ¡Dehala ya coño! –dijo Mangel apartando a Rubén de la puerta que no dejaba de reír.
- ¡Hasta adiós! –grité poniéndome la almohada en la cabeza. Me acabé durmiendo así.



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GRAASIAAA POR LEEEER <3
OOOMG MAÑANA VOY A VER A CHEEEETO!!! QUE SA VENIO PA BARCELONA :'3 QUE EMOSIÓN!