sábado, 19 de octubre de 2013

Capítulo 13

Abrí los ojos, me encontraba abrazada todavía a Mangel, con las sabanas enrolladas en nuestras piernas. Sonreí al recordar esas palabras que me dijo Mangel: “Te quiero.” No lo había dicho como lo dice siempre como amigo. Si no que iba enserio.
Miré a Mangel que seguía dormido.


Como de costumbre Lou entró por la habitación e hizo ese maullido de buenos días que siempre hacía. Lo cogí y me mordió el dedo.
- Mamón. –susurré dándole un beso en la cabeza.
Lo coloqué sobre el pecho de Mangel, Lou caminó hacía su cara y lamió su nariz. Mangel abrió los ojos y se asustó, haciendo que Lou saltara al suelo. Mangel se giró hacia mi todavía con cara de susto, pero al verme sonrió y cerró otra vez los ojos.
- Mahe. –dije peinando su pelo.
- ¿Hmm? –dijo con la vagancia más grande del mundo.
- Yo también te quiero. –abrió los ojos y me miró. Se movió como pudo y me dio un beso en la frente. Nos quedamos un rato más empanados y creo que Mangel se volvió a dormir. Me levanté, me puse la camiseta de Mangel y me dirigí al baño. Me lavé la cara y al terminar me miré al espejo, hice una sonrisa para mí.

Salí y me dirigí a la cocina, le puse de comer a Lou y luego me cogí un bol con leche y le puse Choco Krispies, me dirigí al salón cuando escuché el sonido de la puerta. Sería Concha o algo, pero ella sabe que estoy en casa… ¿Quién coño será?
Dejé el bol sobre la mesa y me puse delante de la puerta. Alguien abrió la puerta despacio, entonces, la chica de pelo moreno oscuro y ojos marrón verdoso asomó la cabeza por la puerta.  Laura me vio  y se adelantó hacia mí,  nos abrazamos. Empezamos a llorar, joder otra vez no. Se me acabarán las lágrimas, aun que ella siempre estaba ahí para ayudarme en lo que fuera.
- Lo siento por no llegar antes tía, he tenido que escaparme de mis padres y he pillado el primer  vuelo yo sola. –sollozó.
- ¿Qué dices enserio?  -me limpié las lágrimas de la cara.
- Claro coño.- sonrió como pudo.
De pronto escuché unos pasos a mi espalda. Me giré de golpe y Mangel se encontraba en la puerta del comedor, con la ropa interior puesta mientras se frotaba los ojos con ambas manos.
- ¿Qué pasah tanto jaleo? –vio a Laura  -Hombreh… -se adelantó hacia nosotras y nos abrazó a las dos. Se separó y dejó su brazo reposando sobre mi hombro.
- Uy. ¿Qué ha pasado aquí? -Laura nos miró con una cara divertida.
- Que te den –le di un golpe flojo en la cara.
- No, no ya me estáis contando cuando es la boda. –sonrió. Mangel me miró y puso la mirada hacia arriba.
- Anda. ¿Queréis algo para desayunar? –me dirigí a la cocina cuando Lou salió por la puerta.
- ¡Colita! –lo cogió Laura. Por cierto, se me había olvidado mencionar que Lou tiene la cola torcida, por eso será que nadie lo quería adoptar. Pero bueno, la gente es gilipollas. Laura lo llamaba colita por eso, aun que el nombre sonaba irónico.
Cogí unos boles, leche y unos cereales sin chocolate. Laura ODIA el chocolate, es… raro sí, al menos para mi que me encanta. Me dirigí al comedor y vi a Mangel y Laura poniendo mi manta sobre Lou y jugando con él. Dejé los boles en la mesa y encendí la televisión. Estaban dando el príncipe de Bel-Air, y como no daban nada más interesante lo dejé. Como me encantaba esa serie.
Mangel empezó a rapear la canción del principio a su manera:
- Ahorah escucha la historia de Usté –señaló a Lou, que este le maulló. –jojijojiijoijoij- empezó a hacer el subnormal.
- Tú eres mu tonto. –me senté junto a él y Laura.
Acabamos el desayuno mientras Mangel tuiteaba cosas y hablaba por WhatsApp, perdón WAZZÁ con Rubius. Comentó que parecía un poco más soso de lo normal.
- ¿Queréis hacer algo? –propuse.
- Yo tengo que ir a editah un rato, y a vé que le pasa a este. –señaló el móvil refiriéndose a Rubius. – Si quereih venih…
- Venga. –sonreí. - ¿Tu te vienes niña? –miré a Laura que esta asintió.
Mangel y yo nos fuimos a cambiar mientras Laura estaba con Lou. Se supone que Mangel se cambiaría en el baño, digo se supone porque mientras me estaba cambiando la camiseta alguien dijo a mi espalda:
- DALE CALOH. –me giré y estaba el con sus pantalones puestos.
- Marvado pervertido. –le sonreí y le lancé la camiseta, me puse una mía y cogí la sudadera de Boston, se tenía que lavar ya pero… ME LA JUEGO. Ya le robaré alguna más.
Salimos y dejé una nota en la puerta para que Concha viera que no estaba, en la calle nos dirigimos hacía casa de Mangel cuando alguien pito con el coche, me giré y era Cheeto.
- ¡Cheeto guapo! –grité, este me saludo.
- ¡Sheeto ioputa! –gritó Mangel, y Cheeto le sacó el dedo mientras saludaba.

Seguimos andando mientras cantábamos tonterias. 
Llegamos a casa y Mangel abrió la puerta, me dirigí a la habitación de Rubén, asomé la cabeza por la puerta y lo vi mirando el móvil seriamente.

- ¿Qué haces muyayo? –le sonreí. Me miró un momento y volvió la vista al móvil, tenía los ojos hinchados y rojos.  Estaba llorando.


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