lunes, 14 de octubre de 2013

Capítulo 10

Estaba entrando por el portal de mi casa cuando alguien me mandó un Whatts o como digo yo siempre “UN WAZZÁ”. Se formó una sonrisa en mi cara.
*Conversación*      

Mangel: USTÉH 
Yo: Marranoso  
Mangel: ¿Qué hace?
Yo: Pues estaba entrando por la puerta de casa. ¿Tu es que tienes un radar o cámaras que me vigilan verdad? Ajajjaj
Mangel: Puede ser… Aun que ya sabes que soy adivino :P
Yo: Seguro. ¿En qué estoy pensando listo?
Mangel: En mi 
Yo: Claro, si estoy hablando contigo tontorrón. Me refiero en que pienso mientras no estoy hablando contigo.
Mangel:
Escribiendo…
Mangel: En que Rubiuh es la cosa más preciosa de este mundo.
Yo: Eres todo un troll Rubén :’3
Mangel: Pero sabes que tengo razón.
Yo: Claro que sí Rubén, claro 
Mangel: Este tío es gilipollas
Yo: Jajajaj Probablemente lo haya sacado de ti 
Mangel: Yo también te quiero ♥ (se supone que es amarillo :'3)
Yo: ¿Y ese corazón? Tiene una enfermedad D: ¡CORRAN, SURGEON SIMULATOR YA! 

 Mangel: HAHAHAHAHA, Solo es el corazón de Homer. ¡No se preocupeeen no más!
Yo: Entonces bien :3
Mangel: Me abuuuuuurrrrooooooo, vente pacá D:
Yo: Vente tú que estoy vaga de tanto andar :(
Mangel: Venga:)
*Fin conversación*
Me fui a poner el pijama, una camiseta de tirantes y unos shorts. Podéis llamarme rara, pero me pongo un pijama de verano y cojo una manta por que hace frío. Me senté en el sofá, OMG iba a venir otra vez. Cogí a Lou entre los brazos y no sé cómo no se asustó al ver mi cara de loca con la sonrisa que llevaba. Mi pulso se había acelerado, decidí tranquilizarme un poco. Pero mi mente es estúpida y no capta lo que significa relajarse, me acabe durmiendo.
No sé cuánto tiempo me quedé durmiendo pero me desperté al sentir miradas sobre mí. Abrí los ojos lentamente y vi a Mangel que estaba de cuclillas delante de mí, al ver que yo abría empezó a hacer muecas.



- ¡OH MAI GÁ, LA CARA ER MAHE! –grité.  Él empezó a reír.
- Buenoh diah dormilona.
- ¿Cómo coño has entrado Spiderman? –sonreí sentándome y dejando la manta a un lado.
- Tu vecina. –sonrió él.
- ¿Pero cómo te ha dejado entrar? Podrías ser un violador.
- Porqué ayer la cotilla nos vio salir juntos. Cree que estamos saliendo. –sonrió nervioso. AW que mono.
- Shht, cállate que puede tener micros escondidos. –me acerqué a él y le tapé la boca con la mano.
- ¿Qué quiereh haceh? –dijo sentándose junto a mí.
- ¿Miramos una película? –sonreí. –Te dejo escoger.
- A véh. –encendí la televisión y le enseñé las películas que tenía.  Él acomodó su brazo rodeando mi hombro. Vio una película que yo sabía que le llamaría la atención.
- ¡Jurassic Park! –rió como un niño pequeño.
- ¡Lo sabía!

La pusimos y la estuvimos mirando mientras comíamos palomitas. Me estaba quedando dormida sobre el hombro de Mangel, pero ya me dolía el cuello así que me estiré y apoyé mi cabeza sobre el regazo de Mangel (Malpensados everywhere e.e ) y este sonrió apoyando su mano  en mi hombro. Me estaba durmiendo cuándo me enviaron un mensaje, era Laura.
- ¿Cómo estas nena? -decía
- Mejor fea, gracias. Mira con quien estoy. – Puse la cámara y Mangel agachó la cabeza para hacernos una foto. Salía sacando la lengua y yo inflando las mejillas. Laura al segundo de ver la foto me llamó.
- Hola niña –sonreí
- Hola nena. Pon el altavoz un momento anda. –dijo ella. Enseguida lo puse – Mangel, muchas gracias eh.
- De nada muhé. –sonrió él.
- ¿Cómo os va por ahí? –dijo ella.
- Muy bien, ayer fuimos a Zoo y nos encontramos a Tam.
- ¿Enserio? ¿Cómo esta?
- Igual de loca que siempre. – Sonreí  –Sigue siendo nuestra Tam, cuando vengas tenemos que hacer un día Zoo.
- Por supuehto. –dijo Mangel mientras peinaba algunos mechones de mi pelo.
- Si en nada estoy ahí. Yo te llamo en cuanto vuelva.
- Vale niñaa
- Bueno cariño, hablamos que viene la Vaci a vacilar. – Su madre, la llamamos así porque siempre vacila mucho y es muy graciosa. JAJAJA TONTERÍAS NUESTRAS :’D
- Venga adiós. –reí
- Adiós tortolitos. –dijo dando un beso al teléfono en forma de burla y riendo.
- Que te den. –reí haciendo lo mismo.
- Hasta luegoh Laura. –rió Mangel.
Colgué el teléfono y miré a Mangel, el hizo lo mismo. Nos sonreímos y  me senté a su lado, observé sus ojos, marrones oscuro.  Me acerqué poco a poco a él, tenía su mano sobre mi pierna y la acariciaba como si fuera un gato. Sonreí al notar un cosquilleo que subía por todo mi cuerpo. ¿Nos íbamos a besar otra vez?
  

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