viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 8


Empezad escuchando esto:





Subió mi barbilla y me miró a los ojos. Ahora yo no estaba riendo, solo sonreía, tampoco era para mofarme delante de sus morros cuando ya sabía lo que iba a hacer. Así que me fue acercando hacía sus perfectos labios, estábamos en medio de toda la multitud, yo solo estaba en mi puto mundo. Mangel posó sus labios contra los míos y me hizo abrir los ojos, pasé mis manos por su nuca y lo iba acercando más a mí, hasta el punto en que parecía que nos íbamos a quedar pegados o que nuestro cuerpo se iba a fusionar y se convertiría en uno solo.  Tonterías mías.
La canción seguía sonando, esa sería la canción que marcaría mi vida en aquel instante. Así que gracias Dimitri Vegas, suerte que la canción me encanta.  Nuestros labios iban al compás, notaba como Mangel me acariciaba la cintura con ambas manos, yo clavaba mis uñas en su nuca sin hacerle daño. De pronto me mordió el labio inferior e hizo que me apartara lentamente de él.
- Grr.  –conseguí gruñirle. El rió.
- Vamoh fuera un rato. –me cogió de la mano y entrelazamos los dedos de nuevo. 

Me llevó casi a rastras hacia la puerta de salida. Volvimos a sentarnos en el banco de antes. Yo seguía algo borracha pero tenía un poco de consciencia, el beso me había hecho volver a la realidad, pero a la vez seguir en mi nube de felicidad.
Me senté colocando mis piernas  sobre el regazo de Mangel y escondiendo mi cara en el hueco de su cuello. En un momento le di un beso en el cuello a lo que él rió.  Me estaba empezando a quedar dormida cuando escuché la voz de Cheeto.
- ¿Quisho que hacéih aquí?
- Etamoh tomando el aire un rato. –dijo Mangel.
- Tira pallá. –dijo sentándose al lado de Mangel.
Al rato llegaron Rubius, Jannies y Tamara.
- Vamos a un Mc Donalds o algo tío que me muero de hambre. –dijo Rubius.
- Venga vamoh- Mangel sacó mis piernas de encima suyo y me agarró la mano.
Empezamos a andar por la calle, yo andaba como un pato y no dejaba de reír.
- Tú, pato mareáo, que estás mas borracha que na’-rió Cheeto.
- No soy la más indicada, mira cómo vas tú. –dije señalando su cara. La tenía pintada de color naranja.
- Porque yo, soy. ¡Un Sheeto! –reímos por la forma en que lo dijo.
Tamara se acercó a mí.
- ¿Sabes algo de Laura?
- Si, hablo con ella casi todos los días. – Laura es como mi hermana, junto con Tamara, éramos como las locas del instituto. En bachillerato fui con ella, pero ahora lleva unas semanas de vacaciones con su familia. Me prometió que vendría cuando pudiera o que si no se escaparía y cogería un vuelo hasta Madrid solo para estar conmigo. Pero no la puedo dejar que haga eso solo por mí.  - La semana que viene podemos quedar con ella, ya habrá vuelto de viaje. –sonreí para Tamara.
- ¡Yeeeeeeeei! –bailó ella, yo la seguí, todos nos mirarían como si estuviéramos locas. La verdad, nadie estaba muy fino hoy.
- ¿Al final has conseguido algo con ese chico? -dije riendo. 
- ¡Me ha dado su numero!
- ¡OMG! -gritamos las dos a la vez. Todos estarían WTF? Pero lo que se dice siempre: "Cada loco con su tema" 
Llegamos al Mc Donalds y cuando estábamos llegando a la puerta Jannies dijo:
- Chicos, yo me tengo que ir ya, me encuentro algo mal.
- ¿Te acompaño? –dijo Rubén.
- No hace falta. –sonrió. Nos despedimos de ella y se fue.
Entramos y cada uno se pidió lo que quería, yo cogí unos Nuggets con patatas y de postre un Mc Flurry gigante con caramelo. A PONERSE OBESA SE HA DICHO. Los demás cogieron hamburguesas, patatas y algunos Nuggets también. La verdad, yo no soy mucho de hamburguesas, me llenan mucho. Soy más de pollo.
Nos sentamos en unas mesas que se encontraban fuera.
- ¿Y tu des de cuándo conoces a Cheeto Tam? –me dirigí a ella.
- Pues hace poco, lo conocí en el super y dije: ¡Oye tu me suenaa’!
- Sip, estaba comprando Cheetos. –dijo él riendo.
- Y no paramos de hacer noche de Zoo. Vivimos al límite baby. –dijo riendo.
- Con mucho Swag nena. –dijo Rubius dirigiéndose a Tamara que esta rió.
- Tenemos que repetir una noche como esta. –dijo Cheeto.
- Honrados de día… -dijo Mangel.
- ¡Marvados de noche! –gritamos todos levantando las bebidas. La verdad, me había hecho bien salir, olvidarme un poco de todo y pasarlo bien.
Estuvimos haciendo el tonto hasta que Tam y Cheeto se fueron. Rubius, Mangel y yo empezamos a andar.
- Tu, esta muyaya anda muy mal.
- Si, la podemo’ dormi aun que sea en mi cama y yo me voy par sofá.
- No estoy tan mal. –reí. Me dolían los tacones así que me los quité.
- Lo que tú digas muyaya. –me agarraron los dos por los brazos.

- Ehto parece de película’. –pues sí, la verdad es que dos tipos por la calle llevando a una chica medio borracha como me estaban llevando a mi no se ve todos los días.

Llegamos al portal y subimos por el ascensor, me dio por empezar a reír, un ataque de risa a las cinco de la mañana, perfecto. Mangel me hacía callar, pero se puso a reír también. Al final acabamos saliendo los tres del ascensor riendo a más no poder. Escuchamos un ruido en la casa de enfrente y Rubius nos hizo callar.
Entramos en la casa procurando no hacer ruido.
- Mangel, mójale la cara con agua antes. –dijo Rubius metiéndose en su habitación y desparramándose sobre la cama.
- Ven aquí anda. –dijo él agarrándome del brazo y llevándome al baño.
Abrió el grifo y me mojó un poco la cara, el agua estaba fría, ero sus manos eran cálidas. Cogió una toallita y me empezó a sacar la pintura de cebra de la cara. Mientras yo miraba sus ojos y seguía en mi mundo, pensando en la canción y en ese beso. Mangel me llevó hacía su habitación, sacó una camiseta del armario y me la lanzó.
- Úsala de pijama. –sonrió
- Gracias Mangel. –mi cuerpo se abalanzó un poco hacía delante, pero Mangel me sujetó.
- Te vah a caé’- sonrió. -¿Te tengo que vesti’ yo también o qué?
- Tampoco estoy tan borracha como para eso. –reí. Mangel salió de la habitación, me saqué el vestido y me puse la camiseta lo más rápido que pude aun que estando como estaba era imposible hacer algo rápido. Me senté en la cama y olí la camiseta, Mangel se asomó por la puerta.
- Buenah noshe cebra. –sonrió y apagó la luz.
- Adiós tigre. –sonreí estirándome en la cama. Él cerró la puerta. - Mangel. –lo llamé y al instante asomó la cabeza por la puerta.



- ¿Qué quiereh usté?
- Vengan acá. –lo imité. Se acercó y agachó la cabeza hacía mi. Lo agarré por la nuca y le susurré:
- Mammoth. Dimitri Vegas. –le di un beso en la mejilla.
- Mammoth. –sonrió y acarició mi cabeza.
Estaba medio en trance, en mi mundo de felicidad y color. Pero se escuchaba como Rubius hablaba con Mangel.
- ¿Te la vas a tirar? –escuché reír a Rubius.
- Tu ehta mas mal que ella, eh borrasho. –rió Mangel.
- La tienes a huevo coño, toda pedo. –insistía Rubius.
- ¡Tal vez estoy borracha pero no sorda! –grité desde la habitación. Escuché como reían, Rubén asomó la cabeza por la puerta.
- Tranquila tetitas de azúcar, mañana no te acordarás de lo que te acabo de decir. –rió.
- Lo que tú digas muyayo. –reí
- Te estás tocando mientras piensas en Mangeeeel. –dijo en tono burlón. Le tiré el cojín y empecé a reír.




- ¡Dehala ya coño! –dijo Mangel apartando a Rubén de la puerta que no dejaba de reír.
- ¡Hasta adiós! –grité poniéndome la almohada en la cabeza. Me acabé durmiendo así.



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GRAASIAAA POR LEEEER <3
OOOMG MAÑANA VOY A VER A CHEEEETO!!! QUE SA VENIO PA BARCELONA :'3 QUE EMOSIÓN! 

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