sábado, 7 de diciembre de 2013

Capítulo 41

Empieza reproduciendo esto: Gorilla 
Nos quedamos uno del otro, yo tenía medio cuerpo escondido detrás de la cortina. No me importara que él me viera la verdad.
- ¿Qué? –dije en tono vacilante. -¿Me ayudas o qué? –hizo una torcida sonrisa y yo me senté en el suelo de la ducha. Cogió el jabón y empezó a enjabonar mi pelo como si fuera una niña pequeña. Me hizo un masaje en la cabeza que por poco no me duermo. Luego me aclaró el pelo con agua mientras seguía masajeando.
- Ale. –dijo, pegué un pequeño salto ya que estaba medio dormida. Me giré y lo miré con una sonrisa en la boca. Tenía toda la camiseta mojada EHEM EHEM *tose.
- ¿Er cuerpo hace farta también? –rió picaro.
- Eh… no, marrano. La niña ya puede solita. –le guiñé un ojo.
- Vengah. –rió cerrando la puerta de la ducha. Se esperó fuera un rato mientras me enjabonaba y seguía cantando Gorilla, cuando acabé me ayudó a levantarme y me envolvió en el albornoz mientras fregaba sus manos arriba y abajo contra mis hombros para que no pasara frío. Me giré lentamente hacía él y levantó mi barbilla e hizo que lo mirara.
- ¿Lo veh? Si eh que si no estoy yo no sabeh hacer nah. –sonrió
- Gracias. –le devolví la sonrisa.

Se acercó lentamente a mí cuando de pronto la canción se cambio por esta: Tsunami y se alejó de mi de golpe y empezó a saltar.
- ¡A A A A A A A A AA A A A Alexby! –gritó. Coloqué mi mano sobre mi cara y empecé a reír. Salí de la ducha con el albornoz encima y fui hacía mi habitación. Mangel me siguió mientras daba saltos y cantaba. Intentaba llamar mi atención.
- No, no. –reí girándome para no verlo. Se volvió a poner delante de mí y así varias veces. Se puso delante de mí y me cogió por la barbilla, me aparté.
- ¿Queh? –rió
- Ahora no tengo ganas. – tengo muchísimas. Hice ver que estaba enfadada.
- ¡Joh! –se quejó volviéndose a poner delante de mí.
- ¿Te puedes salir para que me vista? –vacilé levantando una ceja.
- ¿Y si no me dah la ganah? –apoyó su mano sobre la puerta de mi armario.
- Pues me voy yo. –dije corriendo hacia el baño y encerrándome dentro.
- Pueh no tieneh ropa con que vestirte ¿sabeh? –dijo él al otro lado de la puerta.
- Pues también es verdad. –abrí la puerta de golpe y Mangel casi se me cae encima. Corrí hacia mi habitación y abrí rápidamente el armario y cogí algo de ropa que pillé por ahí. Fui a cerrar la puerta de la habitación pero él se encontraba de nuevo apoyada sobre esta.
- Ehém- tosí
- Ehém. –tosió él también.
-¿Tengo que meterme en el armario para vestirme?
- Pueh no sé. En Narnia hace mucho frío ¿sabeh? –reí ante ese comentario.
Nos aguantamos la mirada, hice una cara como si hubiera visto un monstruo detrás de Mangel y solté un grito. Siempre me funcionaba con Laura.
- ¡Willyrex! –grité. Mangel se giró de golpe y soltó un grito también, aproveche para colarme y meterme en el baño.
- Ya claroh. –dijo detrás de la puerta. –menuda túh.
- Te ha asustado eh. –dije saliendo del baño ya vestida con el pijama (que me costó lo suyo ponermelo). Me dirigí a la habitación y me cogió por la mano, haciendo que yo diera un giro vagamente  hasta él. Lo miré con la cara medio zombificada y me tiré sobre el sofá, empujándolo conmigo. Encendí la tele y estiré los pies sobre su regazo, bostezando vagamente. Él me observó curioso como si pensara: Que persona más vaga por dios.  Le di suave con el pie en la cara, sonrió y se inclinó para darme un beso. Pero lo aparté poniendo la mano contra su cara. 
Volvió a mirarme y puso cara de pena.



- No me sirve esa cara de tigre abandonado. –subí una ceja.
Él insistió poniendo la cara de nuevo. 



Bufé y lo cogí por la sudadera inclinándolo hacia mi cuerpo. Lo besé e hizo una sonrisa victoriosa.
- Sht, esa sonrisa no me la pones tú a mí eh.  –dije
- ¿Por queh? –le salió un gallo en la voz.
- Por qué no hace falta que la pongas, solo… no la saques y ya está. –sonreí
Hizo una risa. Vale, este hombre tiene un problema.
- ¡La sonrisa hombre! La sonrisa. Que eres un malpensao.
- Oh ¡Pero sí has sio tú que tas pensao que yo me malpensao!- Hizo cara de inocente.
Solté una carcajada. Escuché la puerta abrirse y Mangel se sacó rápidamente de encima de mi cuerpo. Disimulamos mientras mirábamos la tele. Mangel se fijó en mi brazo y me tapó con una manta que había sobre el sofá. Mi madre entró y nos vio.
- Hola Mamá. –me levanté rápidamente, me aguanté la manta bien y la saludé. – Este es Mangel… mi –pensé un momento.
- Sí, me acuerdo de Mangel. –sonrió mi madre saludando a Mangel, que este se levantó del sofá.
- ¿Sé puede quedar?  -le dije a mi madre.
- Claro. –sonrió, me pareció raro verla tan simpática con todo hoy. -¿Queréis cenar algo?
- Sí por favor. Me muero de hambre. –dije tocándome la barriga.
Fui a la habitación con Mangel mientras esperábamos a que estuviera lista la cena. Mangel me ayudó a ponerme algo para tapar lo del brazo. Me colocó una chaqueta encima que me cubría todo el brazo.
- Si te poneh guanteh se notaráh demasiao.
- Ya –reí.  –Me pondré las manos en los bolsillos o algo. –sonreí. Me rugieron las tripas en ese momento y Mangel me miró raro.


- Vayah, llevah un tigre ahí dentro.
- A que ahora me has embarazado. –reí
Mi madre nos llamó para cenar. Nos sentamos en la mesa y yo disimulé lo del brazo, menos mal que era el izquierdo y no el derecho. Mi madre estuvo sacando temas de conversación con Mangel.
- Se pasaba el día mirando vídeos tuyos. –recordó para mi bien.
- Mamá. –tosí. Mangel soltó una pequeña carcajada.
Acabamos de cenar y mi madre se fue a su cama, Mangel y yo nos quedamos en el sofá viendo una película. Yo estaba distraída mientras pensaba en que pasaría con Yamir. ¿Qué sería de él? Lo tendría que denunciar, pero… no tengo pruebas. Las marcas de mi cuerpo las puede haber hecho cualquiera. ¿Y si estaría molestando a mi madre de por vida? O peor. Cómo se atreviera a tocar a mi madre vamos… se liaba. Tendría que decírselo a mi madre… aun que a saber cómo se lo toma. Mudarse no puede mudarse.
Mi cabeza estaba a punto de explotar con tanto pensar, así que me dormí entre los brazos de Mangel. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario