sábado, 9 de noviembre de 2013

Capítulo 25

Desperté por unos rayos de sol que entraban por la ventana. Hombre, por fin hace buen tiempo, aun que me encante la lluvia nunca está mal el sol. Cubrí mis ojos con la mano y Mangel estiró también su mano y la junto contra la mía.
 Estiré mis brazos soltando un bostezo. Mangel hizo lo mismo y  me dio un beso en la cabeza.
- Buenoh diah. –me giré hacia él y lo miré a los labios, resistiéndome a no besarlos, Mangel cogió un mechón de mi pelo y lo enredó entre sus dedos. Nos quedamos un rato haciendo el vago hasta que me levanté y me dirigí al baño.  Noté mi móvil vibrar en el pantalón, me había dormido así, exacto. Lo abrí y tenía un Wazzá de Laura.
*Conversación*
Laura: ¿Estaas despierta nena?
Yo: Hombre señora Doblas ¬¬
Laura: Hombre señora Rogel ¬¬
Yo: Enga. ¿Por qué no te quedaste a dormir?
Laura: Estabais vosotros muhé :’D
Yo: Pero podías dormir en la cama de Mangel, o quién sabe. Con Rubén grrr >:D –bromeé.
Laura: Já. Anda y que te den.
Yo: Oye tu, que te tengo que contar una cosica.
Laura: Digame usté.
Yo: ¿Te va bien quedar pa comer?
Laura: Hombre, pues sii ;D
Yo: Pue eso, nos llamamos.
Laura: Pues vale :3
Yo: Pues adiós :’D
Laura: Me encantan nuestras despedidas :’)
Yo: To épicas.
Escribiendo…

No pude ver lo que había contestado Laura puesto que alguien me rodeó por la cintura con los brazos. Miré al espejo y Mangel se encontraba detrás de mí, me acercó a su cuerpo y me dio un beso en el cuello.
- Vaya, tenemos a alguien muy cariñoso hoy. –sonreí estremeciéndome  por lo del beso.
- Sabeh que una semana es mucho pa mí. –dijo con una sonrisa.
Nos miramos los dos en el espejo, la verdad y no miento. Hacíamos buena pareja juntos. Apreté sus manos contra mi estómago y luego me giré de cara a él, quedando apoyada sobre la pica.
- Yo también voy a echar de menos a mi tigre.
Mangel me miró por un momento, un momento largo. Se acercó a mis labios lentamente y yo sin pensarlo coloqué mis manos detrás de su nuca y lo besé. Se podía decir que nos besamos apasionadamente, él me cogió por la cintura y me subió sobre la pica, di un pequeño salto al notar el mármol tan frío. Pero se pasó en cuestión de segundos.
Mangel pasó sus labios a mi cuello y lo empezó a besar, me dejó una marca el muy cabrón.
- ¿Así que esta era tu venganza no? –le sonreí.
- Exacto. –rió el volviéndose a acercar a mis labios.
Nos besamos durante un rato largo más, hasta que alguien abrió la puerta, perfecto _____ eres muy lista. No pones el pestillo. Mangel y yo nos dimos un susto de muerte.
- Ostias. –rió Rubén. Cerró la puerta rápidamente y pude escuchar como reía al otro lado de esta.
- Será ioputa. –rió Mangel poniendo la mirada hacia arriba. Abrió la puerta y Rubius empezó a reír en forma de burla, Mangel le empezó a dar golpes suaves.



- ¡Existen los pestillos! –rió mientras se cubría la cara. – ¡Tortolitos!
- ¡Que te pireh!
- ¡Que os piréis vosotros a un Motel! –dijo él sin dejar de cubrirse la cara.
- ¡Oye! –me adelanté hacia él, estaba muerta de vergüenza pero intentaba disimular.
Aparté sus manos de su cara y me miró como si lo fuera a matar. Se apartó y empezó a bailar con cara divertida.
- Os he pillado, os he pillado. –rió.
- Cállate ya. –dije con vergüenza.
- Aish que vais a tener Mangelitos eh. –me dio un toque en la barriga.
- ¿Qué dices tú? –reí apartándome.
- Déjalo está mahara. –dijo Mangel.
- Oye tu Padawan. –Rubius se dirigió a Mangel
- ¿Qué quiereh? –rió este.
- Protección. –Rubius bajó y subió las cejas.


- ¡PIREH! –Mangel cogió un cojín y se lo tiró, este se metió en la habitación mientras reía a carcajadas.
- Bueno, que yo me voy ya señor. –me dirigí a Mangel.
- ¿Yah? –dijo poniendo cara de pena.
- Si, he quedado con Laura pa comer. –reí
- Ehta bien. –sonrió y nos abrazamos.
- ¡Adios subnormal! –grité dirigiéndome a Rubius.
- Pero no grites muyaya. –asomó la cabeza por la puerta, tenía todavía el rostro cansado.
- Si es que te pasas la vida durmiendo. –me acerqué a él y le di una palmadita en la cara.
- ¿Vais a iros a un Motel? –rió Rubén.
- Claro que sí, lo que tú quieras. –puse los ojos en blanco y me giré hacia la puerta. Rubius rió y cerró la puerta de su habitación –Venga adiós.-abrí la puerta y di un paso adelante, no llegué al segundo cuando Mangel me cogió por la manga y me llevó hacia él.
- Oye, tenemoh que hablah –hizo una pausa. –Cuando puedah
- Lo sé. –le  sonreí, ya sabía sobre lo que teníamos que hablar. –Me voy a ir mañana pronto, así que…
- ¿Te creh que no me voy a despedih de ti? –sonrió para mí.
Fue un impulso entre los dos, algo raro, pero nos acercamos uno a otro y nos dimos un beso, como si fuera lo más natural del mundo.

- A eso me refiero. –le sonreí y salí por la puerta, me dirigí a las escaleras y salí hacia la calle.

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