viernes, 15 de noviembre de 2013

Capítulo 28

Primeroo desí que sii he tardao o algoo es que ayeer fui al concierto de Bruno Mars :'D Que marváo el <3 y buanao quee mientras estoy en clase me dedico a escribir unas 10 paginas ajajajajaj y eso que la novelisha está por empesar <3 jojojo recomendadlaa si queréis y podéi seguirme en twittah: @pathoranmalik y en tumblr Pathoranmalik tambien la subo ahi :3 GRÁSIA <3 
----


El tren tardó un poco en arrancar, me dieron una bolsita con uno de esos cascos del chino que al día siguiente ya están rotos. Pusieron una película que ni me molesté en mirar, me saqué la sudadera y la coloqué debajo de mi cabeza, la olí y me dormí al minuto mientras escuchaba esto (pincheen en una nueva ventana<3) >>>> Hand on heart de Olly Murs.

Desperté 2 horas después aproximadamente, gran siesta sí. Me levanté y fui a explorar un rato como era el tren, el AVE es sinceramente muy lujoso. Parecía un tren fantasma, estaban todos dormidos como muertos. Fui hacia el bar y hasta el hombre de la barra se estaba empezando a dormir. Pedí un té de mi sabor favorito, frutas del bosque. Recuerdo que desde pequeña mi madre se tomaba el té, y yo me comía las frutas.
Me dirigí a la ventana del tren, que tenía una pequeña mesita para apoyar cosas, hojeé una de las revistas que había encima, pero no había nada interesante así que me limité a observar el paisaje pasar mientras me acababa el té, iba bastante rápido la verdad.
Se acercó a mí un hombre que tenía pinta de pedófilo del bosque. En efecto, tengo mucha confianza con la gente cómo podéis ver. Hojeó la revista  que había mirado yo hace un rato y yo hice ver que bebía de mi taza vacía. Luego hice lo que seguro que todos han hecho alguna vez, saqué mi móvil y empecé a escribir sobre la pantalla negra, haciendo ver que hacía algo. El hombre con barba blanca me observó, parecía Santa Claus la verdad.
Me hice la simpática y le sonreí, luego me giré y me fui de nuevo a mi asiento. Me volví a sentar mientras miraba la película, ahora habían puesto otra. Llegamos 1 hora más tarde, desperté a mi madre y salimos rápidamente, me esperé sentada mientras mi madre llamaba a mis tíos para que nos vinieran a buscar.  Alguien se sentó a mi lado, me fijé en esas bambas de color rojo anaranjado, esos pantalones marrones, esa camiseta con una L, ese abrigo dejado y esa barba sin cortar. Subí la mirada.
- ¿Lou? –dije riendo.
- ¡Hombre! –giró la mirada y rió. Nos abrazamos. -¿Cómo tu por aquí?
- Mi madre, que se muda a Barcelona. Y yo me he venido una semanita. –sonreí
- Oh que bien. Yo me he venido con este puto. –sonrió señalando hacia su lado. Ni me había fijado que Kion se encontraba ahí sentado con los cascos puestos. Loulogio le dio un codazo y este me miró y sonrió.


- ¡Kion! –nos levantamos y nos dimos un abrazo.
- ¿Qué pasó señorita culiá? –dijo con ese acento que tanta gracia me causaba. Me encantaba la verdad.
- Que el puto se me vuelve a Córdoba. –dijo Loulogio
- ¿Qué dices enserio? –dije algo triste
- Sip, para dedicarme  únicamente a la música junto a Vedito. –sonrió Kion.
- Me abandona como una mierda. –bromeó Lou.
- ¿Cómo dices culiao? No podría dejar esa barba super sexy –dijo acariciando la barba de Loulogio. Imité a Kion e hice lo mismo.
- Oh, la barba no que me pongo loquísimo. –Loulogio puso cara de placer.
En una pequeña pantalla salía la cuenta atrás para el próximo metro que era el que cogería Kion para ir al aeropuerto. Los tres nos levantamos y le hice una seña a mi madre diciéndole que ahora venía, los acompañé escaleras abajo hasta el metro y este ya se acercaba. Kion se giró hacia nosotros y se despidió de mí, luego fue hacia Lou y bueno, esa escena era para verlo. Es duro perder a tu mejor amigo sí, pero es que ellos dos siempre han sido como hermanos y admito que estaba a punto de llorar yo.
- Te quiero puto. –dijo Loulogio abrazándolo.
- Y yo maricón. –rió Kion correspondiendo el abrazo. – Y vos, escucháme. Ni se te ocurra ir a comer a casa de este señor, te va a matar de intoxicación. –hizo su última risa y se dirigió a las puertas del metro mientras bailaba con las maletas.






- Lo tendré en cuenta. –sonreí.
- ¡Buenos días! –se despidió y entró en el metro. Aplastó la cara contra el cristal lo que hizo que riéramos. El metro se alejó y coloqué mi mano sobre el hombro de Loulogio que estaba algo como diría él… pocho.
Subimos las escaleras y nos sentamos se nuevo en el banco. Mi madre se estaba tomando otro café.
- ¿Y cómo te va por Madrid? –sonrió él.
- Bien, he vuelto a hablar con Mangel y Rubius , me están ayudando mucho con todo eso… -sonreí débilmente.
- Hostias si... Lo siento eh. –dijo abrazándome.
- Gracias Lou. 
- ¿Por qué no te vienes mañana a mi monólogo? Te vendrá bien reír un rato, si es que te parece gracioso un gilipollas barbudo como yo bailando vergüenza ajena.
- Encantadamente encantada. –sonreí. – Hombre, me parto con tus vídeos, no me voy a partir contigo en directo… Si es que… -reímos
- ¿Luego te vienes a hacer un café por ahí?
- ¿Un café con Lou un rato? Demasiado mainstream eh.
- Venga y te invito yo. –hizo una mueca. 
- Bueno venga, mientras no cocines tú…
- Oye, no hagas caso del puto de Kion. –rió. –Yo soy el hijo perdido de Arguiñano.
- Uy si vamos, os parecéis tanto. –Loulogio imitó una de sus frases, se puso a cantar como siempre hacia ese personaje. Este hombre te puede hacer reír con tan solo estornudar. – Bueno, pues Auron no dice lo mismo de tus raviolis eh. –le guiñé un ojo.
- Porqué Auron es puta. –rió
Mi madre se acabó el café y se levantó de la silla, me hizo un gesto y me despedí de Loulogio y volví con ella. Salimos a la calle y me fijé en el paisaje, recordando las cosas que había vivido ahí, la verdad, lo echaba de menos.

Mis tíos nos vinieron a buscar en coche y nos llevaron a casa. Dejamos las cosas y entré a todas y cada una de las habitaciones a explorar todas las cosas que habían formado parte de mi pasado. Dejé las cosas en mi habitación y me eché una siesta,  no antes sin enviar un mensaje a todos conforme había llegado bien. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario