domingo, 24 de noviembre de 2013

Capítulo 34

Sentí un fuerte golpe, seguido de dolor y calor. Luego me dormí plácidamente, me sentía bien ahora. Sentí algo cálido en mi mano, sentí un beso cálido sobre mi piel, sonreí o hice el esfuerzo por qué la verdad no sé qué estaba haciendo. No sabía si pasaba en mi imaginación o no. Escuché esa voz, la voz. Que me hizo derramar una lágrima, de emoción o añoranza, quien sabe.
Abrí lentamente los ojos y me fijé en una luz borrosa, que me hizo cerrar los ojos de nuevo. Escuché algo.
- Cheeto tío, apaga la luz. –era la voz de Rubén. ¿Por qué escuchaba su voz?  La luz se apagó de pronto, como si mi mente con voz de Rubius le hubiera dicho a un Cheeto imaginario que lo hiciera.
- Tía. –era la voz de Laura. Seguía sintiendo que me acariciaban una de las manos, escuché su voz y me resalté.
- _______ por favor. –era su voz, su puta voz.
Abrí los ojos lentamente y giré la cabeza con cuidado hacía donde había escuchado la voz. Abrí mejor los ojos y lo que había sido vista borrosa se fue aclarando. Vi sus ojos color café y su sonrisa en el rostro. Apretó mi mano al ver que abría los ojos. Se encontraba estirado junto a mí, en la camilla. Levanté lentamente la cabeza y Cheeto, Rubius, Tamara, Laura, Lou y Auron se encontraban en la habitación. A los pies de mi camilla.
Volví a bajar la cabeza por qué me dolía y me cansaba, Tamara cogió el mando de la camilla y levantó el cabezal lentamente.
- Ay gracia a dióh. –dijo Cheeto
- Gracias a Nicolas Cage. –corrigió Rubén. Me hicieron soltar una sonrisa, estaba muy sedada, no me daba cuenta de casi nada. Me removí un poco y solté un quejido al sentir un dolor en la cabeza y en el brazo sobre todo. Me volví a girar hacía Mangel y dije las primeras palabras como si fuera un bebé que dice las suyas.
- Mangel. –susurré, se me cortó un poco la voz. Mangel se inclinó hacia mí y me a abrazó, yo no podía moverme apenas pero sentía su calidez en mi.  Me besó la mejilla y juntó su frente contra ella. Me habían puesto una venda en la cabeza, como en los dibujos o películas.
Rubius puso su mano sobre el hombro de Mangel y se abrazaron. Luego se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, Laura y Tamara vinieron cada una por un lado de la camilla y me abrazaron con cuidado.
- ¿Tía que ha pasado? –dijo Tamara.
- Oímos la ambulancia y ella estaba apoyada en la acera de la calle con sangre en la cabeza… -se le cortó la voz a Loulogio. Asentí débilmente, no tenía fuerzas ni para hablar.
- Necesita dormir. –dijo Laura acariciando mi otra mano.
- Tiene razón, mejor la dejamos descansar y nos vamos a tomar algo. Pero seguimos aquí fuera.- dijo Auron.
- ¿Tu quieres algo? –dijo Tamara refiriéndose a mí. Negué con la cabeza.
- Mejoh no arriesgarnoh hasta que el médico diga algoh. –dijo Cheeto cogiéndola por el hombro. Asintieron y se fueron por la puerta. Menos él.
Se volvió a estirar en mi camilla con cuidado, me estaba quedando dormida pero tuve fuerzas para decir algo.
- Ves. –susurré
- ¿Me estás echando de aquí? -dijo. Solté una risa.- No tengoh hambre, tu duerme tranquilah. –me miró a los ojos.

- Gracias… -susurré de nuevo. Me sonrió y cerré los ojos de nuevo, caí en un sueño profundo. Al cabo de un buen rato desperté, se encontraba todavía en la camilla. Había pasado como una hora y media o dos, aun que no estaba segura. Levanté la cabeza lentamente (que todavía me dolía un costado) y se encontraban Rubius durmiendo en la silla, Laura con las piernas apoyadas sobre su regazo y la cabeza sobre el hombro de Tamara que esta dormía también, y Cheeto con ambos brazos cruzados durmiendo sobre los pies de mi camilla. Todos se encontraban durmiendo, y Auron y Loulogio no estaban ahí.
Con el pie, di un toque a la cabeza de Cheeto, ni se movía, di otros toques hasta que se despertó de un salto y me hizo soltar una risa. Me miró con cara de asesino y rió, arrastró su silla hasta el lado de mi camilla.
- ¿Cómo ehtah?
- Mejor, me duele un poco el brazo. –dije restregando mi mano con el brazo.
- Tar vé tengah un esguince o argo. –sonrió.
- Me alegra saberlo doctor Cheeto. –reímos
- ¿Qué ta pasao? –acarició mi mano.
- Lo cuento luego cuando se despierten todos. –bufé. La verdad quería tener tiempo para buscar una escusa. Quería, si no fuera porque Cheeto se levantó y empezó a dar palmas haciendo que todos dieran un salto. Mangel me miró y suspiró como forma de alivio y rió sabiendo que ya estaba bien, me besó la mejilla.


- A veh señores, que nos tiene que cotnar lo que oasó.
- Maldita sea. –pensé. Loulogio y Auron entraron por la puerta, MALDITA SEA otra vez. Tenía que contar la verdad, pero. ¿Por qué no hacerlo? Que le jodan a Yamir, aun que…
Me interrumpieron los pensamientos cuando Laura y Tamara se levantaron y se pusieron cada una al lado de la camilla. Rubius y Cheeto a los pies, parecía una reunión y yo era el punto de atención.  Con ayuda de todos levanté la espalda hasta que me quedé sentada sobre la camilla, el brazo me seguía doliendo. Mangel me imitó sentándose a mi lado. Ahora seguía mis movimientos, no se separaba de mí ni un momento, me sentía protegida a su lado.
Tamara se encontraba de pie a su lado, se dedicaron una sonrisa y volvieron a prestar la atención en mí. No se conocían mucho, pero habían hablado algunas veces y se llevaban muy bien. Se nota que me estaba distrayendo con cualquier cosa ¿Cierto?
- ¿Dónde estamos? –dije para cambiar el tema.
- En Barcelona, venga cuenta. –dijo Rubius. Bufé.
- Me caí de una moto. –dije al fin.
- ¿Pero qué coño hacías tu en una moto?  -dijo Laura.
- Me… -hice una pausa. – Me obligaron a subir.
- ¿Qué? –exclamó Mangel - ¿Quién? –dijo rápidamente.
Miré a Loulogio y volví la mirada a Mangel.
- Yamir. –bufé. Loulogio chasqueó la lengua.
- Que hijo de puta. –soltó.
- ¿Qué Yamir? –dijo Mangel resaltado. Miró a Loulogio
- Un paki de mierda. –respondió él.
- Pero si estabas con nosotros joder. –dijo Auron.
- Lo sé, pero me agarró de la mano. Y… ya sabes cómo estaba Auron.
- A veh que me pierdo. ¿Quién coñoh es ese Yamih?  -dijo Mangel.
- Un tío pesado que no nos dejaba de seguir, se veía que estaba colado hasta las venas. –dijo Loulogio refiriéndose a mí. Mangel me miró.
- Que hijoputa. –murmuró entre dientes. -¿Pero cómo te cogió?
- Iba con otro amigo suyo… me cogió por los brazos y me subió a la moto, arrancó y a medio camino me solté. –las lágrimas amenazaron por salir.
- Pero que… -Mangel bufó
- Mangel, habíamos ido a tomar algo. Y ya sabes cómo se pone ella. –dijo Auron, Mangel sopló, parecía muy enfadado.
 - ¡¿Peroh como coño la dejaih sola?! –exclamó. – ¡La podrían habeh violao o algo peoh!
- Mangel tío. ¿Yo qué coño sabía que iba a pasar eso? Además sabe  cuidarse sola. –le devolvió Auron.
- Pero tioh ¡sabiendo que se pone así no la dejeh sola! –exclamó más fuerte levantándose de la cama.
- Mangel, Mangel. –le tiré de la camiseta. El brazo me dio otro tirón y me estremecí del dolor.
- ¡No _____! Podríah haber muerto jodeh. –se giró bruscamente y me dio sin querer en el brazo con su coso. Solté un quejido. Mangel sopló volviéndose a sentar, pero al ver que me estaba haciendo daño se volvió a levantar. - ¿______? –se quedó un momento quieto. -¡Rubiuh llama a alguien corre!-exclamó.

El brazo me dolía tanto que me mareé y volví a caer dormida. 



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